
“Ese mismo recorrido de doble dirección y entre iguales es el que yo deseo que defina la relación renovada entre nuestras respectivas naciones”, ha dicho. Una relación que ha de estar guiada “por los principios de igualdad, respeto mutuo y responsabilidad compartida”.
El presidente ha afirmado que es mucho lo que la experiencia de América Latina puede aportar a España y a Europa, “especialmente en momentos de dificultad”. Ha recordado que el continente americano supo transformar “la vieja década perdida en la actual década de prosperidad” a base de determinación, esfuerzo y paciencia, combinando políticas de austeridad y de crecimiento y cohesión social.
Según Rajoy, “más América Latina en Europa y en España es una receta imbatible para afrontar los actuales desafíos”. Ha dicho estar convencido de que “a lo largo de las conversaciones y debates que mantengamos en esta cumbre identificaremos nuevos elementos para seguir renovando y fortaleciendo esta relación”.
Cumbres necesarias
Rajoy ha repasado brevemente el camino recorrido por estas citas desde la primera, celebrada en Guadalajara en 1991: “Si en su origen las cumbres fueron un acierto, en la actualidad son una inmejorable oportunidad en un mundo absolutamente interdependiente”.
El presidente, que considera que desde entonces se han conformado una nueva América Latina y una nueva Europa, ha asegurado que “con las cumbres hemos sabido centrarnos en las verdaderas necesidades, intereses y realidades de nuestras sociedades, dejando de lado diferencias que restaban eficacia al proyecto común”.
Las cumbres son útiles para los ciudadanos “y necesarias para crear riqueza, estabilidad y libertad en el conjunto de nuestras naciones”. Ha añadido que “reivindico América Latina; su pasado, su presente y su futuro. Una América Latina pilar fundamental del mundo occidental, con quien compartimos principios y valores”, subrayó.









