
Cinco mujeres activistas de izquierda de Barcelona, España, que se sienten engañadas sentimentalmente, se personan como acusación particular con el apoyo jurídico de Irídia y la CGT y dirigen la querella contra el superior jerárquico del agente policial que dicen utilizó sus artes amorosas para conquistarlas, tener sexo con ellas e infiltrarse en grupos radicales.
Cinco de las mujeres activistas afectadas por el caso de infiltración en los movimientos sociales de Sant Andreu y Barcelona y en el movimiento sindical entre mayo de 2020 y octubre de 2022 han interpuesto una querella por las conductas del agente del Cuerpo Nacional de Policía. Se trata del caso destapado ayer por el semanario La Directa.
Ambas asociaciones consideran que se trata de unos hechos muy graves, puesto que en ningún caso es aceptable que un policía encubierto utilice las relaciones sexoafectivas con activistas para obtener información y apuntalar su identidad encubierta para infiltrarse en el tejido asociativo y sindical.
La querella presentada recoge también antecedentes significativos a nivel nacional e internacional en relación con casos de espionaje de Estado. En el ámbito catalán, cita casos como Pegasus o el precedente de agente infiltrado en los movimientos sociales de Barcelona (destapado en junio, también por el semanario La Directa) y recuerda que:
A raíz de estos casos, tanto el Gobierno catalán como organizaciones de la sociedad civil como Òmnium iniciaron acciones legales en sede penal y administrativa, tendentes a denunciar que el marco legal existente abocaba a los activistas y al tejido asociativo a ser víctimas potenciales de la investigación arbitraria y abusiva de sus personas, familias, comunicaciones y actividades asociativas y políticas, práctica que suponía una clara vulneración de los derechos fundamentales individuales y colectivos, entre ellos de los artículos 18.1 de la Constitución y los artículos 8 y 11 CEDH.
Las entidades denunciantes también valoran que se ha vulnerado el derecho a la vida privada y familiar de las afectadas: en el curso de estos dos años el agente tuvo acceso a información política, pero también personal de las activistas con las que se va relacionar. En el caso de las querellantes, tuvo acceso a información especialmente protegida, de acuerdo con el artículo 9 de la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre de Protección de Datos, que se remite al artículo 9.2 a) del Reglamento UE 2016/679, que reconoce esta protección específica a la información relativa a la ideología, afiliación sindical, religión, sexualidad, creencias u origen racial.
Pero lo que la crónica no dice -y es fácil de entender- refiere al desencanto de las cinco activistas que por amor se entregaron a los deseos sexuales del policía infiltrado.
https://twitter.com/centre_IRIDIA/status/1620378044811845632