CiU, el partido independentista de Cataluña que impulsa la reelección de Artur Mas a la presidencia de la Generalidad, ha llegado a límites de intolerancia insospechados.
En esta campaña electoral, incluso en los días previos al inicio de la misma, en icndiario.com hemos venido haciendo conocer las actividades y las propuestas de los distintos grupos políticos para satisfacer la demanda de información de nuestros lectores. Pues bien, con CiU no hemos logrado que sus notas de prensa vengan en español, a pesar de haberles dirigido un mensaje en tal sentido. Nadie respondió.
Esta actitud fundamentalista no hace más que demostrar la intolerancia de una agrupación política que pretende ahora que los latinoamericanos hagamos un curso acelerado de esta lengua minoritaria que se utiliza dentro de España.
También se contradice con las “embajadas” de Cataluña abiertas en algunos países del mundo donde quieren sentar sus bases para realizar negocios e intercambios culturales y comerciales. Seguro que en esos lugares no hablan en catalán para hacerse entender.
Ya nos parecía absurda la obligación de contar con traductores en las Cámaras legislativas de España, pero eso es un tema interno del cual no vamos a opinar, pero si sobre que en América Latina, donde el español y el portugués, son los idiomas de uso, no tenemos la obligación de fichar traductores de catalán para las redacciones y tampoco utilizar esos erróneos traductores en línea que poco y nada traducen de la realidad de los textos.
La soberbia y el fundamentalismo son enemigos de las democracias y justamente los partidos independentistas deben entenderlo y no aislarse de otros países que hablan diferentes idiomas.
Tratar de imponer el suyo fuera de fronteras, lo único que logra es alejarlos del mundo y condenarlos al ostracismo.












