La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevén una baja en los niveles de desempleo en la región, asegurando que la tasa de desempleo abierto urbano regional mantendrá su tendencia a la baja y terminará 2012 con una variación de 6,4 por ciento.
Ambos organismos internacionales sustentan estas cifras en la publicación conjunta, denominada “Coyuntura laboral de América Latina y el Caribe”, donde se destacó la positiva reacción del mercado laboral durante el primer semestre de 2012, cuando se produjo un enfriamiento de la economía regional, además de asegurar que los niveles económicos se encuentran de mejor forma que antes de la crisis financiera de los países desarrollados.
“Durante el primer semestre de 2012 en muchos países se mantuvo la tendencia reciente de mejoras en la calidad del empleo, caracterizada por el dinamismo de la generación de empleo asalariado, significativos incrementos del empleo formal y la reducción del subempleo”, dijeron Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL y Elizabeth Tinoco, Directora Regional de la Oficina de la OIT para América Latina y el Caribe.
En esta línea se advirtió que estas cifras positivas no se darán en todos los países de la región, ya que se producirá un desempeño heterogéneo, donde se destacan países que gracias a la fuerte inversión como – Chile, Ecuador y Panamá o de las exportaciones (Costa Rica, México y Nicaragua) – tendrán un mejor comportamiento del sector laboral.
Por otra parte el dossier realiza un estricto análisis sobre la situación que padece el segmento más joven de la población, quienes pese al positivo panorama de empleo, aún mantienen dificultades para insertarse en el mercado laboral, debido a fallas estructurales, situación que ha conllevado a que surjan altas tasas de desempleo, trabajo precario y bajos ingresos, mermando el correcto desempeño de estos en su vida diaria y su entorno.
“Esto genera problemas no solamente a nivel de las personas y sus familias, sino que representa una carga para el futuro desarrollo social y económico de los países y, como hemos podido observar en diferentes zonas del mundo, puede generar fuertes conflictos sociales y políticos”, explica el documento.