El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, le exige a Uruguay explicaciones por no permitir el aterrizaje del vuelo de la aerolínea venezolana Emtrasur con matrícula iraní, para cargar combustible, cuando minutos antes había salido de Buenos Aires.
¿Qué parte no entendió el tirano? Yo se lo explico: Nadie les pidió que viajaran a Uruguay. Lo hicieron obligados porque el gobierno de su aliado, el presidente argentino Alberto Fernández, no pudo obligar a Shell y Esso a cargar combustible. Exíjale explicaciones a su compañero de ruta, señor Maduro y no le traspase la responsabilidad a otros.
Es tan cínica la exigencia del dictador, que en su delirio no entiende que la compañia Emtrasur, subsidiaria de Conviasa, está sancionada internacionalmente y ni Shell ni Esso de Argentina, se iban a arriesgar a recibir una sanción por desconocer el impedimento a prestarle servicios.
El gobierno del régimen chavista dice en un comunicado que “rechaza categóricamente el irresponsable manejo que ofreció la autoridad aeronáutica del Uruguay, al revocar el permiso de sobrevuelo otorgado a la empresa venezolana Emtrasur, mientras que la aeronave se encontraba en el aire (…) para hacer su escala técnica de abastecimiento”.
Si el presidente aliado a la dictadura venezolana, Alberto Fernández, su amigo, le negó el combustible, no culpe a Uruguay, que nada tiene que ver en el tema. Montevideo no estaba en la ruta del vuelo de regreso a Caracas.
Se lanzaron a una travesía desesperada por causa del gobierno kirchnerista, que no lo ayudó a su hermano Maduro.
La aeronave, tripulada por cinco iraníes y 14 venezolanos, con matricula en Irán, un país que financia el terrorismo internacional, no es un problema uruguayo señor Maduro y no mienta más.
El surrealista comunicado agrega que la tripulación de chavistas e iraníes: “se vio obligada a retornar inmediatamente hacia el aeropuerto de Ezeiza, en Argentina, no contando con el combustible reglamentario, poniendo en grave riesgo la vida de la tripulación”. Reitero, eso se lo debe responder su compañero Alberto Fernández o su amiga Cristina Kirchner.
El chavista señala que una vez aterrizada en Argentina, la aeronave contaba con 17.000 litros de combustible, “muy por debajo de lo recomendado por el Procedimiento Operacional estandarizado de Emtrasur, el cual está establecido en 20.000 litros”.
¿Por qué salió de Argentina rumbo a Uruguay, cuando ese combustible debió recibirlo en el aeropuerto de Buenos Aires?.
El avión venezolano-iraní está retenido en Ezeiza, por orden judicial, mientras se investigan las verdaderas razones de un vuelo sospechoso.
El Boeing 747 Dreamliner de carga, era de la empresa iraní Mahan Air y hoy pertenece a Emtrasur, filial del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), aerolíneas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
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