Que la corrupción en Argentina está reconocida ya es un hecho que admiten muchos, pero que ahora el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, es otro más de los altos cargos del Gobierno que en los últimos días habla de la posible derrota del kirchnerista Frente de Todos en las elecciones presidenciales del año que viene.
Ferraresi explicó en un acto público que si el Gobierno del kirchnerismo pierde en las elecciones de 2023 “algunos vamos a ir presos y, seguramente, otros volverán a dar clases en las universidades internacionales”.
Cristina Kirchner y los funcionarios y allegados al kirchnerismo imputados y/o condenados por corrupción como Julio De Vido, José López, Ricardo Jaime, Amado Boudou, Lázaro Báez, Cristóbal López, Milagros Sala, Mayra Mendoza entre varios más por causas delictivas y donde ahora se suma el ex gobernador y exembajador de Argentina en Israel, Sergio Urribarri, a quien la Justicia lo declaró penalmente responsable del delito de peculado por la malversación de unos US$9 millones de la provincia y por el delito de negociaciones incompatibles durante su gestión en la provincia y así cada día se suman otros.
La utilización infame de las vacunas contra el covid-19 donde los miembros del poder kirchnerista y sus familias se vacunaron antes que la población de riesgo, es una prueba más del desgobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
El miedo se agiganta y el gobierno argentino navega en un mar embravecido, con 17 millones de ciudadanos en la pobrezo, según datos oficiales.













