En las elecciones subnacionales que se cumplieron este domingo en Bolivia se eligieron gobernadores, asambleístas departamentales, alcaldes y concejales para los nueve departamentos de Bolivia.
Por la mañana, cuando se inauguró la fecha de elecciones en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) hubo una ausencia más que evidente: la del presidente de Bolivia Luis Arce. Consultado sobre el motivo de su inasistencia, indicó que ni él ni nadie de su Gobierno va a participar de una actividad donde estén presentes representantes de la Organización de los Estados Americanos (OEA), entidad continental que es seriamente criticada por haberse parcializado con los sectores que propiciaron del golpe contra Evo Morales (2006-2019).
“Mientras esté la OEA nosotros no vamos a participar por razones obvias. Ustedes saben el papel nefasto de la OEA en elecciones de 2019″, dijo Arce a las y los periodistas allí presentes. El organismo presidido por Luis Almagro sugirió que el MAS había cometido fraude en la jornada electoral del 20 de octubre de ese año.
Lo que no dijo Arce fue que esas elecciones de 2019 estaban viciadas de nulidad desde antes de su realización, porque constitucionalmente Evo Morales y su vicepresidente García Linera, estaban inhabilitados para presentarse porque habían perdido el referéndum de febrero de 2016, donde se plebiscitaba una reforma o no de la Carta Magna para permitirle a Morales una cuarta postulación a la presidencia.
El pueblo le dijo NO y tanto Morales como su vice quedaron legalmente fuera de las elecciones de 2019. El NO se impuso con un 51,31 % frente al 48,69 % del Sí, con el 99,49 % de los votos escrutados, según confirmó el Tribunal Supremo Electoral.
Ante esto, Evo Morales afirmó ante los medios de prensa que iba a respetar el resultado del referéndum, pero luego no cumplió.
La trampa de Evo
Desesperado Evo Morales por perpetuarse en el poder y en complicidad con el Tribunal Constitucional, integrado por magistrados nombrados por él mismo, se hizo preparar un decreto a su medida para desconocer el mandato popular de las urnas que le dijeron NO a una nueva postulación.
La Constitución boliviana establece que una persona no puede gobernar por más de dos periodos consecutivos y que Morales perdió un referendo en 2016 en el que intentó anular esa limitación, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de ese país emitió un controversial fallo a favor de las intenciones del mandatario.
En conferencia de prensa, el magistrado del TCP Macario Cortez explicó que se decidió “declarar la aplicación preferente” de los “derechos políticos” por encima de los artículos de la Constitución que limitan la cantidad de veces que una persona puede ser reelecta.
Y así el fraude quedó consumado y en este fallo, además, se declaró “inconstitucionales” a los artículos de las ley electoral boliviana que limitaban la cantidad de periodos continuos que puede tener cualquier autoridad boliviana elegida por voto popular, establecido en dos.
Su última postulación ya era ilegal antes de las elecciones y el presidente Luis Arce lo sabe bien pero de eso no habla, denuncian desde la oposición.