Nicolás Maduro ya tiene diseñado el fraude para el show electoral del domingo 6 de diciembre donde los partidos opositores no participan y con el sistema de cómputos alterado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) al servicio del régimen, tiene “asegurado” el triunfo.
Tan seguro está de ganar que con poco tino ha dicho “¿Esta elección es para elegir diputados o presidente de la República? Es por eso que hace dos días me dije a mi mismo: Ellos quieren convertir las votaciones en un plebiscito y entonces les dije a los de la oposición que acepto el reto. Vamos entonces a un plebiscito, si ustedes ganan los comicios yo me voy de la presidencia”, expresó, cuando sabe que los partidos opositores no participarán de la fraudulenta elección.
La farsa es demostrable desde el momento en que varios de los principales partidos de la oposición fueron intervenidos por el ultra chavista Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) que en forma ilegal quitó los liderazgos a quienes encabezaban los partidos opositores y se los entregó a antiguos militantes acusados de corrupción y que habían sido expulsados de esos partidos.
La escasa participación que se prevé para el domingo 6 de diciembre preocupa al régimen que quiere demostrar que los venezolanos irán a votar y para ello tiene un software preparado que aumenta las cantidades de votantes en los circuitos y que “reparte” sufragios entre los partidos leales al chavismo, según una explicación técnica.
No es de extrañar entonces que luego salgan a dar cifras exorbitantes de votos, diciendo que los ciudadanos fueron a sufragar en forma masiva como ya lo hicieron en otras citas electorales también fraudulentas.
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