Uruguay: Volviendo al camino del reconocimiento y la dignidad

Por L. Rondán ( especial para ICN Diario)

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Interpretación gráfica de L. Rondán

Nuestro país posee entre sus incontables valores que lo hacen a su esencia como Nación,  con una insigne Institución que es nuestro Ejército Nacional; organización reconocida incontables veces en el concierto internacional por sus innúmeras misiones de paz en los sitios más alejados e inhóspitos del planeta, premiada y considerada. Institución humilde si las hay, compuesta de hombres y mujeres abnegados, trabajadores, dispuestos a darlo todo por la consigna sagrada de defender la Patria…

Es esta una organización castrense pobre, con una paga paupérrima, con vehículos ya viejos, muchos en desuso en los ejércitos del mundo, lo que obliga a sus miembros al ingenio, a la creatividad para que sigan en funciones y se vean como se ven, casi siempre impolutos, nuevos, impecables y sobre todo, dispuestos para el servicio.

Como dijera alguien un día, si hay miseria que no se note, porque tal cual te ven, tal cual te tratan.

Pero sucede que esta noble Institución, ha venido siendo denostada, denigrada, humillada por el Gobierno saliente, quien otrora,  debió ponerse de rodillas ante él, al perder la contienda guerrillera, seudo revolucionaria, llevándolo a librar por años, y como venganza artera,  al organizarse mejor como partido político y después en el poder,  una casa de brujas despiadada, enarbolando el lema *Desmantelar el aparato represivo, ya*  *Ni olvido ni perdón*, etc…etc… pegando donde fuera y a quien fuera,  con tal de ver a los uniformados diezmados, enclenques, fisurados e imposibilitados, en aras de preservar la Democracia, de devolver los traicioneros golpes.

Pero no alcanzaron las acusaciones al azar, ni las placas en los cuarteles de dudosa veracidad, ni alcanzaron las diatribas en contra de nuestro Ejército, ni al deslucido Mujica (expresidente de la República y Comandante en Jefe del Ejército uruguayo) vistiendo el uniforme venezolano o la desmandada Constanza pidiendo la disolución, o el despistado Diputado comunista Gerardo Nuñez,  quien llegó a  pedir la formación de un ejército popular, etc, para que ese puñado de hombres y mujeres disciplinados, formados en la lealtad y el deber, se mantuviera unido, fuerte y con gran capacidad de resiliencia ante los desmadejados de siempre, quienes ante el llamado del novel Gobierno, se alistó y se desplegó, ya para proteger la frontera, ya para colaborar con el personal sanitario en la lucha contra el COVID19, luciendo fuerte y noble ante la gente que lo recibía con algarabía, tal cual lo hizo sin emitir un gemido cuando fue obligado por la caterva a recoger basura que los empleados municipales, quienes triplicaban sus salarios, se negaban a recoger, o tal cual lo hizo ante gran cantidad de eventos desgraciados que amenazaban la integridad de la población.

Hoy nos toca ver una nueva realidad; otros vientos soplan y en la adversidad, vemos a nuestro Presidente y al Ministro de Defensa Nacional, compartiendo el rancho con los soldados, recorriendo, preocupándose, observando y de alguna manera, aunque a muchos les pese, haciendo que la dignidad, vuelva a golpear la puerta de los cuarteles.

L. RONDAN