La ONU trata de recomendar y pedir el apoyo de los países para la acogida de inmigrantes venezolanos y eso va en la línea correcta, pero lo que no se entiende es que esa misma ONU, respalde a una dictadura como la de Nicolás Maduro a la cual le ha permitido y votado para que el régimen chavista integre el Consejo de Derechos Humanos.
¿Incongruencia? Claro que sí; si por un lado la ONU pide la ayuda para acoger a los migrantes de Venezuela que de el ejemplo y no permita que el salvaje y brutal régimen integre un área tan sensible dentro de la organización, los derechos humanos que la tiranía de Maduro viola a placer día a día.
Es aberrante que después pida ayuda para que otros salven la situación que la ONU tolera. ¿Si Venezuela pisotea los derechos de sus ciudadanos, cómo es posible que tantos venezolanos emigren de su país?.
La ONU así pierde la escasa credibilidad que aun le queda, mientras que la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, denuncia las brutales acciones del gobierno de Maduro.
Cerca de 5 millones de venezolanos huyeron de su tierra desde 2015, según informan las oficinas de la ONU para los Refugiados (Acnur) y para las Migraciones (OIM).
Entonces el doble discurso de la ONU, ya es insostenible. Debe ponerse de acuerdo y tomar medidas de fondo, pero mientras sea tolerante con la dictadura de Venezuela, no puede exigir a otros lo que la organización no hace.
Los migrantes venezolanos son los que padecen las incongruencias de la desprestigiada Organización de las Naciones Unidas y eso debe terminar.