
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, criticó las medidas fiscales ortodoxas que están aplicando algunos países para protegerse de la crisis financiera global, asegurando que estas han perjudicado el panorama económico de los países desarrollados y a la vez han repercutido en las economías de los países emergentes.
“La apuesta por políticas fiscales ortodoxas ha empeorado la recesión en las economías desarrolladas, con repercusiones sobre los países emergentes”, expresó Rousseff quien participó de la apertura de los debates de la 67 sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Ante esto la mandataria brasileña instó a los países miembros de las Naciones Unidas y a instancias financieras globales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y el G-20 a que coordinen las estrategias necesarias, para salir de esta situación económica que afecta a muchos países del mundo.
“Es urgente que construyamos un pacto completo a favor del reinicio del crecimiento económico mundial para contrarrestar la desesperación causada por el desempleo y la falta de oportunidades”, aseguró Rousseff.
De la misma forma la jefa de Estado, lamentó los recortes sociales impulsados por los países desarrollados para combatir la crisis económica.
Por otra parte Rousseff abogó por dar una pronta salida al conflicto que se vive en Siria y condenó la violencia contra los civiles de ese país. Recordó que miles de ciudadanos brasileños son de origen sirio.
“Como presidenta de un país donde viven miles y miles de brasileños musulmanes, quiero expresar hoy mi rechazo más firme a la escalada de prejuicios islamofóbicos en países occidentales”, afirmó Rousseff.









