El autor de la frase consignada en el acápite se preguntaba exactamente lo mismo: “¿sí es mejor que te quieran o que te tengan miedo?” (Frase de El príncipe, libro de Nicolás Maquiavelo escrito en 1513).
Frente a esta pregunta se respondía lo que nos responderíamos todos, que obviamente la respuesta es que lo mejor es que nos quieran, pero ello no depende de uno, sino que depende de los otros. En cambio, la otra opción: que te tengan miedo, sí. Del mismo modo cualquier déficit se elimina de dos maneras: subiendo los ingresos o reduciendo los egresos, como en el caso uruguayo para el déficit fiscal se puede tomar cualquiera de los dos sentidos.
Lo que no debe hacerse en ningún caso, es dar como cierto algo que puede serlo o no y mucho menos prometer eso como un hecho consumado cuando lo único que es cierto es la incertidumbre sobre el tema. Esto consiste en aquella promesa no se debe hacer salvo que sea una mentira, porque eso depende de los otros y achicar el gasto depende de quien estas humildes líneas escribe.
En definitiva agradeciendo a ese gran canciller alemán Otto von Bismarck parafraseando que el ser humano dice más mentiras que ningún otro en campaña electoral, en guerra, o después de una cacería, y hasta donde se no estamos después de una cacería, en guerra tampoco.
M.R.













