CEPAL advierte que “los altos niveles de desigualdad existentes en la región conspiran contra el desarrollo”

Por otra parte afirmó que la capacidad efectiva de los Estados de América Latina para proveer garantías universales de protección social a lo largo del ciclo de vida sigue siendo limitada por lo que persisten las brechas de cobertura sobre todo entre los trabajadores pertenecientes a los estratos de ingreso más bajos aquellos que viven en zonas rurales y las mujeres

0
261
Luchar contra la pobreza y la desigualdad es, según la CEPAL, clave para un desarrollo sostenible en América Latina y el Caribe. (Banco Mundial/Jamie Martin)

 La Comisión Económica para América Latina y el Caribe- CEPAL advirtió sobre las consecuencias que tiene para el desarrollo y progreso de la región los altos niveles de desigualdad existentes en la actualidad en América Latina, asegurando que es una característica histórica y estructural de las sociedades latinoamericanas y caribeñas que se ha mantenido y reproducido incluso en períodos de crecimiento y prosperidad económica.

“Los altos niveles de desigualdad existentes en la región conspiran contra el desarrollo y son una poderosa barrera para la erradicación de la pobreza, la ampliación de la ciudadanía, el ejercicio de los derechos y la gobernabilidad democrática”, asegura la CEPAL.

Las declaraciones las realizó el organismo internacional en el marco de la entrega de  un estudio, de 70 páginas, en el que identifica ocho obstáculos que impiden el desarrollo social en la región y que van desde la enquistada pobreza a la desigualdad crónica.

Ante esto la CEPAL argumentó que  la brecha se extiende mucho más allá del apartado económico, por lo que abarcan la desigualdad en el ejercicio de los derechos, las capacidades y los niveles de autonomía. También incluye la desigualdad de género, la étnica y raciales, y la territorial, entre otras.

Pobreza, protección social y violencia 

De la misma forma detalló que en 2017, el número de personas en situación de pobreza en América Latina llegó a los 184 millones, equivalente al 30,2% de la población, de los cuales 62 millones, un 10,2%, vivían en la pobreza extrema.

Así mismo la estructura y las dinámicas de los mercados de trabajo en la región siguen caracterizándose por su incapacidad para generar empleos productivos y un trabajo decente, rasgo que nuevamente hunde sus raíces en las profundas desigualdades de género, raza y edad.

Por otra parte afirmó que la capacidad efectiva de los Estados de América Latina para proveer garantías universales de protección social a lo largo del ciclo de vida sigue siendo limitada, por lo que persisten las brechas de cobertura, sobre todo entre los trabajadores pertenecientes a los estratos de ingreso más bajos, aquellos que viven en zonas rurales y las mujeres.

Por último advierte que otros obstáculos para el desarrollo social son los elevados índices de violencia en la región los cuales representan los más altos en el mundo, algo inesperado dado su nivel de desarrollo económico, político y social y los fuertes flujos migratorios producto de desastres naturales y climáticos poco predecibles, así como por crisis económicas e inestabilidad política, entre otros.