
El presidente de El Salvador, Mauricio Funes valoró las acciones y avances llevadas a cabo por su gobierno, para superar las cuotas de analfabetismo en la población de este país, asegurando que el saber leer y escribir “es la posibilidad de ser verdaderamente libre”.
Las declaraciones las realizó dentro del contexto de su discurso, en la celebración anticipada, con motivo del Día Internacional de la Alfabetización, que se celebra este 8 de septiembre en todo el mundo.
Salir del analfabetismo “es la diferencia entre la oscuridad y la luz en el terreno intelectual, en el terreno de la comprensión del mundo en que vivimos”. “Lo voy a decir de manera cruda y clara: leer y escribir es la posibilidad de ser verdaderamente libre. Nadie puede ser libre o aspirar a ser libre si no sabe leer y escribir”, expresó el mandatario salvadoreño.
Ante esto el jefe de Estado aseguró que el proceso de alfabetizar es más que saber leer y escribir, es un paso para obtener una vida diferente, con mejores oportunidades de desarrollo y desenvolvimiento en la sociedad, situación que permite a los individuos, “ser libres a la hora de elegir nuestro propio destino”.
En esta línea el presidente salvadoreño distinguió algunas de las iniciativas impulsadas por su gobierno en esta materia, destacando los logros alcanzados con el Plan Nacional de Alfabetización que entre 2009 y 2011 atendió a 135 mil personas que ahora saben leer y escribir, y este año atiende a otras 51,700.
La labor del gobierno, en la que también participan más de 12.400 voluntarios, ha permitido que otras 38 mil personas continuaran con los estudios que dejaron en algún momento de su vida y terminaran el segundo y tercer grado, mientras que otras 32 mil cursaron el quinto y el sexto grado, trascendió desde la web gubernamental.
Por otra parte trascendió que las cifras oficiales sustentadas en el último censo de 2007, realizado por la Dirección General de Estadísticas y Censos en este país, argumentaban que casi el 18 por ciento de la población salvadoreña mayor de 15 años no sabía leer ni escribir, lo que significaba un poco más de 680 mil salvadoreños.









