Brasil: Asciende a 15 el número de muertes en el derrumbe del morro en Niterói

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Deslizamiento en el Morro de Buena Esperanza. Las víctimas fueron enterradas cuando una roca se interrumpió, tomando con casas, árboles y lodo, la madrugada del sábado (10) - Tania Rego / Agencia Brasil

Aumentó a 15 el número de muertes en el derrumbamiento del Morro da Boa Esperança en Niterói. La víctima más reciente es el chico Arthur Caetano Carvalho, de 3 años de edad. Fue una de las 11 personas rescatadas con la vida de los escombros y fue hospitalizada, en grave estado, en el hospital estatal Azevedo Lima, que confirmó la muerte en un comunicado.

“La dirección del hospital estatal Azevedo Lima informa que el paciente Arthur Caetano Carvalho murió a las 12h59 este domingo, después de presentar el empeoramiento de su condición clínica y el consiguiente paro cardíaco, con la falta múltiple del órgano. El equipo de la unidad dio a la familia del paciente toda la información sobre el estado de la salud del pequeño que era muy severo en horas recientes. Todos los procedimientos para revertir la condición fueron adoptados, pero no había respuesta clínica del paciente”, dice la nota del hospital.

Con eso, la lista de muertos fue ampliada: Arthur Caetano Carvalho, 3 años; Nicole Caetano Carvalho, 10 meses; Marcos Antony Martins de Aguiar, 9 años; María Magdalena Linhares de Resende, 54; Kaíque da Silva Resende, 1 año y 2 meses; Dalvina Marins, sin edad confirmada; Alan Ferreira Teles, 29; Amanda Tomaz da Silva, sin edad confirmada.

La familia Martins fue la más afectada, con la pérdida de siete personas: Géssica Martins Firmino, 15; María Aparecida Martins Viana, 19; Claudiomar Dias Martins, 37; Janete Martins Ferreira, 53; Marcos Antônio Martins Aguiar, 9; María del Carmen, 80; y Beatriz Martins Pereira, 18.

Sobrevivientes

En la Escuela Municipal de Portugal Neves, transformado en lugar de refugio, alimentos y donaciones para las víctimas, Janice Martins estaba en una esquina, siendo consolada en todo momento. Ella perdió buena parte de la familia: madre, hermana, cuñado y cuatro sobrinos. “Mi corazón no está lastimado, mozo. “Está estraquilado”, se limitó a decir ella, pidiendo no hablar más nada y encogerse, como si quisiera protegerse de la presencia de todos los que la rodeaban.

En lo alto del cerro, mientras máquinas y obreros hacían los trabajos de limpieza del área, vecinos lamentaban la pérdida de tantas vidas, personas con quienes convivieron por muchos años ya quienes conocían personalmente. “Me desperté asustado. Parecía que acababa el mundo. Estaba todo oscuro. Yo y mi hijo salimos para salvar al pueblo. “Salvamos unos cinco, pero el resto murió”, relató el pedrero José Teixeira, que vive bien frente al desastre y vio el lodo romper su puerta e inundar el garaje de la casa.

Otros comentaban que sólo estaban vivos por suerte, pues recién habían llegado a casa, momentos antes del derrumbe. “Nos dimos suerte, porque llegamos a casa y la barrera cayó enseguida. Yo conocía al personal que vivía allí hace 30 años. No quiero más tocar en este asunto. Lo siento. “Fue muy pesado”, dijo Cristina, que también vive frente al lugar de la tragedia. Muy emocionada, ella prefirió no dar el apellido y cerró la entrevista a los llantos.

El sepultamiento de las víctimas fue marcado para realizarse por la tarde, en el Cementerio de Maruí, en Niterói. Dos autobuses fueron puestos a disposición de la comunidad para llevar a los residentes. La alcaldía de Niterói prometió realojar a los desamparados inmediatamente, a través del alquiler social, y darles una casa propia, hasta diciembre, en conjunto que está siendo construido en sociedad con la Caixa.