Los hechos de corrupción en los gobiernos de izquierdas de Lula Da Silva y Dilma Rousseff, han sido para varios analistas, el factor preponderante para el triunfo en la primera ronda y con holgura del derechista Jair Bolsonaro, que si bien no alcanzó para ganar en esta instancia, le deja con amplias posibilidades de obtener la presidencia de Brasil en la segunda ronda del 28 de octubre.
Ministros y empresarios terminaron acusados y en la cárcel por distintos delitos de corrupción durante esos gobiernos y el propio Lula terminó en prisión y aún debe rendir cuentas por otros seis casos penales en los que estaría involucrado.
Las encuestas señalaban que Lula como candidato arrasaría en las elecciones, pero esto también es dudoso. Su delfín, Fernando Haddad, impuesto como candidato por el expresidente, apenas logró el 29% de las adhesiones contra el 46% de Bolsonaro y eso significa 50 millones de votos. La prueba evidente de los errores de los sondeos de opinión, la dio el resultado en Minas Gerais, donde Dilma Rousseff se postulaba para el Senado y aparecía primera como gran favorita, pero le realidad fue muy diferente; quedó en el cuarto lugar y su ilusión de ser senadora nacional se esfumó.
Los brasileños se hartaron de los corruptos y si bien algunas de las propuestas de Bolsonaro pueden ser extremas, el avance de la delincuencia, que el excapitán de la reserva promete combatir con mano dura para derrotarla, es otro punto que los votantes han valorado al emitir su voto.
Más de 70 candidatos con grado militar fueron elegidos en todo el país
Pero el hartazgo de los brasileños ha marcado otra realidad. Según informa la Agencia Brasil, al menos el 8% de los 961 candidatos militares que disputaron las elecciones de este domingo (7) lograron ser elegidos. Impulsados por temas como la seguridad pública y la lucha contra la corrupción, estos candidatos acabaron destacándose en todos los estados y para todos los cargos en disputa, comenzando por la Presidencia de la República, que será definida en segunda vuelta entre el capitán de la reserva del Ejército Jair Bolsonaro (PSL) y el profesor Fernando Haddad (PT).
No hay que buscar mucho más para entender lo que pasó en estas elecciones en Brasil.
Excelente análisis. Coincido. Los del PT se robaron todo.
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