Tal vez un virus extraño esté atacando en forma silenciosa a la humanidad o quizás oscuros extraterrestres, con vaya a saber uno que intenciones, están experimentando con los habitantes de nuestro planeta Tierra.
Solo así podría justificarse cierto inexplicable proceder de algunas personas o grupos, cuyo delirio les hace ver o creer lo que en realidad no existe.
Tomemos hoy el ejemplo de los españoles, cambian un presidente porque lo decidió el Congreso, no el pueblo con su voto soberano en las urnas. El candidato menos votado por los socialistas en toda la historia del PSOE, termina como jefe del Gobierno de España y avalado por radicales que quieren-insólitamente- separarse de España. ¡Cosa de locos!
Pero todo no termina allí, el presidente socialista sin votos, parece tener un colorido desfile de carnaval a contramano en la cabeza y un delirio de estadista que le queda inmensamente grande.
Lo más importante en su vida parece ser el lenguaje inclusivo del “todos y todas”, mientras se muestra demasiado blando con los separatistas, a los que justamente les debe el regalo de llevarle al Gobierno.
Pero la masa da muestras de acciones incomprensibles. Destacan que Sánchez no actúa con firmeza frente a los independentistas y recuerdan que el socialista dijo que nunca pactaría con el populismo, pero lo hizo cuando se arrodilló para que lo llevaran a La Moncloa.
El diario español El Mundo presenta este domingo una encuesta donde expresa: Hoy, tras el triunfo de la moción de censura contra Mariano Rajoy y la inesperada llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa, todo el protagonismo se centra en el PSOE, un partido que esta misma primavera caminaba hacia el abismo y hoy da el gran sorpasso y asalta la cima de los pronósticos. Con un 26,3% de intención de voto, se sitúa en primera posición.
¿Esto que significa? Simple, el triunfo del exitismo sin aval de nada, porque el PSOE también tiene claros ejemplos de corrupción dentro de sus filas como el PP, que no lo hacen mejor que los populares.
¿Entonces…? Lo del principio, algo no anda bien y eso preocupa. La gente camina a impulsos y no entiende, pero asiente.
El viejo e inmortal tango “Cambalache” de Santos Discépolo, lo define con el lunfardo rioplatense en sus estrofas:
Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador…
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
Lo mismo un burro
que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafón,
los ignorantes nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que sea cura,
colchonero, Rey de Bastos,
caradura o polizón.
Paco Tilla
