
Por Eduardo Berch
Desde Buenos Aires, Argentina.-
Estoy por aceptar que más allá de los años a uno le explota el corazón, las lágrimas se derraman con toda la alegría del mundo. Somos noticia otra vez.
Somos ganadores otra vez. Pero además con el alma cantando el Himno, con el alma dejando en la cancha y frente al mundo, lo que un MAESTRO como el que tenemos, sembró, cosechó y recogió lo que cada uno tiene.
La humildad, el abrazo, el aliento. El verse hasta fuera de la cancha vestidos de primera con saco y corbata, para seguir mostrando al mundo que mas allá de ser un país único, hermoso y chico; damos ejemplo en todo.
Humildemente desde acá y solo hasta acá, ¡GRACIAS PROFE!. Por usted hoy explota mi corazón, pierdo la voz con la garganta pero lo fundamental es que nos ven con sus ojos como los mejores seres humanos. ¡¡¡ABRAZO ENORME TABÁREZ!!!