Según analistas, Assange debería respetar la política ecuatoriana de no injerencia

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Julian Assange en el balcón de la embajada de Ecuador en Londres (Foto Andes)

Quito (Andes).- Hace poco más de una semana que el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, no tiene acceso a comunicaciones con el exterior desde la embajada de Ecuador en Londres, por disposición del gobierno, luego de que se pronunciara en las redes sociales pese al compromiso que él firmara a fines de 2017.

Analistas consultados por Andes aseguran que el australiano de 46 años de edad, quien permanece en la sede diplomática desde 2012, debería cumplir con la política de no injerencia en los asuntos internos de otros Estados que practica el país que le concedió asilo, primero, y luego la ciudadanía.

Según el exembajador ecuatoriano Marcelo Fernández de Córdova, en los últimos años Assange no ha respetado una norma fundamental del asilo político que es “mantener el silencio y no comprometer al país en el que está residiendo, ni a países amigos”.

Con eso coincide la analista internacional Katalina Barreiro, quien considera que, al habérsele otorgado la nacionalidad ecuatoriana, él debe cumplir con las leyes y normas que rigen para el país andino.

“La política constitucional de Ecuador es la no injerencia sobre otros países”, señaló la docente en un programa de la televisión nacional y resaltó que el periodista australiano “debe evitar pronunciamientos que puedan provocar impasses para el país que lo acoge”.

A decir de Fernández de Córdova, Ecuador ha tenido “una posición sumamente lastra” frente a las declaraciones del australiano al permitir que se pronunciara sobre asuntos de otras naciones.

“En los últimos meses el gobierno trató de impedir eso y firmó un acuerdo, que no había necesidad de hacerlo, sino simplemente exigirle que respete las normas fundamentales del asilo y en caso de no hacerlo, retirarle el asilo y pedirle que salga de la Embajada”, dijo el exdiplomático a esta agencia.

Para Barreiro, el Ecuador está ahora en una situación delicada porque, a pesar de su estrategia de ser un país soberano, “debe ver el tema de compromiso con los derechos humanos, pero con respeto a las normas”.

Según informó la Cancillería ecuatoriana en un comunicado, el gobierno se encuentra evaluando las condiciones de asilo de Assange. Además, precisó que un grupo de abogados analiza la solución definitiva al caso de Assange, al que la canciller, María Fernanda Espinoza, ha calificado como “un problema heredado”.

Para el exdiplomático, se debería retirar el asilo político a Assange, ya que “al haber hecho declaraciones a favor de los independentistas catalanes y de Rusia, ha incomodado a gobiernos con los cuales el Ecuador tiene relaciones absolutamente cordiales”.

Esta es la segunda vez que se le suspenden las comunicaciones a Assange. La primera vez fue en 2016 por disposición del expresidente, Rafael Correa, debido a sus pronunciamientos sobre el entonces candidato presidencial Donald Trump.

El escenario es distinto para Assange

El analista David Chávez, por su parte, señala que las circunstancias de 2012 a la fecha son diferentes en toda la región, donde “se había hegemonizado la idea política de desenmarcarse de la influencia de Estados Unidos”.

“La decisión del asilo a Assange le dio notoriedad muy significativa al Ecuador en el contexto internacional al alinearse con una defensa de lo que Assange significa (…) y lo posicionaba como un país que defendía la democracia mundial””, señaló Chávez a este medio.

Sin embargo, apunta que la situación ahora es diferente para Assange, pues el escenario es distinto ya que “existe una recomposición de la geopolítica mundial”.

A decir de Barreiro, “tener en la embajada a Assange, quien es un experto en temas de seguridad e inteligencia, es algo serio pues ahora vivimos en un escenario de transparencia de los Gobiernos a través de las redes, lo cual reconfigura sus acciones en un marco diferente al inicial”.

Chávez, en cambio, señala que ha existido un viraje en las políticas del gobierno ecuatoriano y eso daría un giro sustancial en el tratamiento y las medidas que se puedan tomar en torno al caso.

“La última medida se torna un poco más complicada porque tiene que ver con la anterior, de entregarle la nacionalidad, y eso dificulta la decisión actual porque está bloqueando la libertad de expresión de un conciudadano ecuatoriano”, explicó.

Aseguró que el asilo posicionó bien a Ecuador en ese momento, pero ahora “el gobierno ha dado muestras de un alineamiento a las políticas de los Estados Unidos y eso ha complicado el caso de Assange y se le ha convertido en una piedra en el zapato en la política internacional”.

Sin embargo, consideró que la decisión de suspender las comunicaciones, “da la impresión de que se está arrinconando a Assange y se está asfixiando la posibilidad de mantener su asilo”.

Sobre el tema se pronunció en un artículo del portal digital Rusia Today el filósofo esloveno Slavoj Zizek, quien señala que Ecuador se ve sometido “a una presión brutal” por parte de los gobiernos occidentales que buscan aumentar el aislamiento de Assange de la escena pública.

En un artículo denominado Assange trabaja para la gente y ahora debemos salvarlo nosotros, Zizek precisa que las acciones tomadas por el gobierno ecuatoriano “representa una muerte social lenta para una persona que ha pasado casi seis años confinado en un apartamento en la Embajada ecuatoriana en Londres”.