Como suele hacerlo siempre, con ese aire prepotente que mantuvo durante su mandato presidencial, Cristina Kirchner, fue entrevistada por el periodista ultrakirchnerista, el uruguayo Víctor Hugo Morales y trató de desvirtuar el contundente informe pericial de los técnicos de la Gendarmería argentina, conocido hace pocas horas que comprueba que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado por dos personas, demostrando que su muerte no fue un suicidio sino que fue un asesinato.
El ahora comprobado homicidio, ocurrió el 18 de enero de 2015, en el baño de su departamento en Puerto Madero, Buenos Aires, donde vivía el valiente fiscal que justamente se preparaba para ratificar en el Senado, las pruebas presentadas cuatro días antes de que apareciera muerto en su departamento, donde denunciaba a la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al canciller Héctor Timerman por el encubrimiento a varios iraníes (incluso diplomáticos) acusados de haber sido los autores ideológicos del atentado contra la sede de la AMIA en julio de 1994.
En la previsible entrevista de Morales – carente de toda imparcialidad debido a la afinidad ideológica del periodista- nada puede llamar la atención, salvo que la acusada se defendió y calificó al peritaje como “una bomba de humo”.
De la corrupción en los gobiernos kirchneristas nada se habló
El periodista todo el tiempo se refería a la “presidenta” en el reportaje.
El diario Clarín dice en un artículo que la candidata a senadora lo trataba de “Víctor”. La tensión en el reportaje sólo era puesta por el tono de la voz y el énfasis en las expresiones de Cristina.
Morales, luego, dejó lugar a sus compañeros de programa para que le hagan preguntas a la candidata a senadora, aunque ninguna estuvo relacionada con la corrupción durante su gobierno, el caso Nisman, o el controvertido pacto con Irán, cuestiones sobre las que tendrá que dar explicaciones en la Justicia.
El presentador no se olvidó de recomendar la lectura de la biografía escrita por Sandra Russo, titulada “La Presidenta. Historia de una vida”.
En el final, Cristina Kirchner corrigió al entrevistador y le dijo que la llamara “ex presidenta”, a lo que Víctor Hugo corrigió su forma, le dijo irónicamente “presidenta mandato cumplido”. Y agregó: “Sigue siendo presidenta en mi corazón”.
Todo dicho.
Opinión
