Siguiendo el cuestionado estilo de “inclusión”, ese mamarracho lingüístico impuesto por el kirchnerismo donde la expresidenta argentina Cristina Kirchner en cada acto, impostando la voz como si estuviera declamando en un acto escolar, iniciaba sus discursos a la nación: “¡Argentinos y Argentinas; sepan que es intención de este gobierno respetar los derechos de todos y todas”, la nueva jerarca de la Educación en Santa Cruz dijo al inventar una nueva palabra “jóvenas”:
“(Vamos) a trabajar mucho en la participación, mucha relación con la vida, la vida tiene que estar dentro de la escuela y la escuela tiene que ser vida. Y mucho amor a los estudiantes y a los jóvenes y a las jóvenas, si así se dice, o con un arroba, como solemos decirle nosotros (los kirchneristas) para ponerle perspectiva de género”, explicó.
El vídeo de los “jóvenes y la jóvenas”
Las explicaciones de la Real Academia Española
Desde hace unos años, la Real Academia Española (RAE) viene advirtiendo y corrigiendo el uso indebido de ciertas palabras que intentan marcar la diferencia en los sexos y que son con asiduidad mal empleadas, como es el caso de “Todos y todas, ciudadanos y las ciudadanas, los niños y las niñas”, entre otras.
La RAE ha explicado que este tipo de desdoblamientos son artificiosos e innecesarios desde el punto de vista lingüístico. En los sustantivos que designan seres animados existe la posibilidad del uso genérico del masculino para designar la clase, es decir, a todos los individuos de la especie, sin distinción de sexos: Todos los ciudadanos mayores de edad tienen derecho a voto.
La mención explícita del femenino solo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto: El desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad. La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.
El uso genérico del masculino se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, ‘los alumnos’ es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones, explica la Real Academia Española.
Esto parece un problema de los gobiernos zurdos, en Uruguay el presidente Vázquez inicia todos sus discursos diciendo: “Uruguayos y uruguayas” en el lastimoso ejemplo de “hablo mal para que se me entienda mejor”.
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