Cepal: Crisis en Brasil y Venezuela contribuyó a un aumento de la pobreza

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Los niveles medios de pobreza y de extrema pobreza aumentaron en América Latina en 2015 y 2016, según un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), divulgado este miércoles (20). En 2016, el número de personas en situación de pobreza llegó a 186 millones (30,7% del total de habitantes), de las cuales 61 millones se ubican en la franja de pobreza extrema.
La evolución regional se vio afectada por la situación económica de Brasil y Venezuela, de acuerdo con la Cepal. Estos fueron los únicos que registraron un aumento real de la pobreza. Si los dos países fueran excluidos del análisis, la tendencia entre 2015 y 2016 sería disminuir la pobreza total del 1% y del 0,5% de la extrema en la región. En el caso de Brasil, la evaluación se hizo a partir de estimaciones del órgano vinculado a las Naciones Unidas, pues no se disponía de datos oficiales relativos a esos años.
El análisis de la situación de 18 países concluyó que el total de pobres era de 168 millones (28,5% del total) en 2014 y 178 millones (29,8%) en 2015. Ya el de personas en la pobreza extrema pasó de 48 millones (8,2%) en 2014 a 54 millones y 61 millones en el 2015 (10%) en 2016. según el informe Panorama social de América Latina 2017 , el crecimiento marca un cambio en la región, ya que las tasas de pobreza cayeron entre 2002 y 2014, como resultado de políticas de distribución de renta, reformas tributarias y otras de combate a la desigualdad.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, presentó los datos en una rueda de prensa en México, transmitida por internet. Destacó que la incidencia de la pobreza y de la extrema pobreza es más elevada entre grupos sociales específicos, como niños, adolescentes, jóvenes, mujeres y la población que vive en zonas rurales. El año pasado, la pobreza afectaba al 46,7% de los niños y adolescentes hasta 14 años y la extrema pobreza, el 17%. En el caso de los jóvenes de 15 a 29 años, los porcentuales eran del 31,1% y del 9,5%, respectivamente. Entre las mujeres, la pobreza y la pobreza extrema crecieron en la franja de los 15 a los 29 años, considerada de edad productiva.
La Cepal prevé recuperación del crecimiento económico este año, pero alerta que este no es el único factor que importa para la reducción de la pobreza. “Es verdad que el empleo, la generación de ingresos y la mayor actividad económica son importantes, pero lo que también es fundamental es que se fortalezcan los sistemas de protección social”, dijo Alicia, que destacó la importancia de las políticas de transferencia vinculadas a estrategias de reducción de la pobreza pobreza y la expansión de los sistemas de seguridad social.
Reducción de las desigualdades
El Panorama social de América Latina 2017 también analiza la desigualdad del ingreso y su relación con la dinámica del mercado laboral, así como los efectos de los sistemas de pensiones sobre la igualdad. De acuerdo con la Cepal, la desigualdad de ingresos cayó en la región entre los años 2002 y 2016. El Índice Gini medio entre países pasó de 0,538, en 2002, a 0,467 el año pasado, dice la comisión, que está vinculada a la Organización de las Naciones Unidas Naciones Unidas (ONU). En el caso, 0 representa ausencia de desigualdad y 1, desigualdad máxima. La Cepal alerta, sin embargo, para la reducción del ritmo de caída, especialmente en los últimos tres años. El Coeficiente, o Índice, de Gini es un dato estadístico usado para evaluar la distribución de las riquezas de un determinado lugar.
En la entrevista, Alicia Bárcena hizo un llamamiento para que los países fortalezcan políticas laborales y de protección social. En el marco de la Agenda 2030, se defiende un “cambio estructural progresivo en la economía”, con la implementación de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se incluyen la erradicación de la pobreza, la consecución de la igualdad de género y el desarrollo acciones para combatir el cambio climático.
Jubilación
En la evaluación de la CEPAL, las pensiones fueron esenciales para reducir la pobreza entre los ancianos en la región. Expreso de ello, el porcentaje de la población económicamente activa que paga algún sistema previsional pasó del 36,9% al 47,8% entre 2000 y 2014. Entre 2002 y 2015, el porcentaje de la población de 65 años o más que recibió algún tipo de pensión pasó del 53,6% al 70,8%.
La comisión regional de la ONU advierte, sin embargo, de que los valores recibidos son bajos. Además, trabajadores de la zona rural con menos escolaridad y en sectores de menor productividad continúan más descubiertos. La desigualdad de género también es marcada. En general, las mujeres tienen menor nivel de cobertura y las diferencias de valores en los beneficios que reciben superan 20 puntos porcentuales en 10 de los 17 países analizados, pudiendo alcanzar 40 puntos porcentuales.
La Cepal evalúa el proceso de envejecimiento de la población latinoamericana y caribeña y constata que en 2040 las personas de 60 años o más superarán las que tienen hasta 14 años. Sólo las que tienen más de 80 años aumentarán casi 20 millones. El envejecimiento es nítido cuando se comparan las tasas de crecimiento de los diferentes grupos. Mientras que el grupo de personas de 60 años o más crecerá un 3,4% anual entre 2015 y 2040, la población de 20 a 59 años crecerá un 0,5% al ​​año en el mismo período. La población con edad inferior a 20 años disminuirá en la misma proporción.
El número de mujeres mayores tiende a crecer más que el de los hombres. Esto preocupa a la Cepal, al constatar que ya existe desigualdad de género en los sistemas de pensiones, ya sea por vía directa, en el propio diseño de los sistemas, o indirecta, derivada de la trayectoria de las mujeres en el mercado de trabajo, que ganan menos y tienen cotizaciones interrumpidas por causa de la vida reproductiva. Además, como la tarea de cuidar de niños y ancianos suele caber a las mujeres, la Cepal sugiere que los países caminen hacia la igualdad, garantizando que ellas permanezcan en el mercado y satisfagan sus aspiraciones.
El informe divulgado por la Cepal recomienda prioridad para la consolidación de políticas o sistemas integrados de atención en los países, la universalización del acceso a los servicios de salud y el desarrollo de políticas específicas para garantizar protección social a todos los ancianos, considerando el rediseño de los sistemas de salud pensión para permitir que ese grupo tenga acceso a la seguridad económica “.
En Brasil, actualmente, hay 58 personas de 60 años o más por cada 100 menores de 15 años. En 2030, serán 104. En 2050, 201. El país ocupa la 17ª posición en el ritmo de envejecimiento entre 38 naciones analizadas, quedando atrás, entre otros, de Cuba, que será el más envejecido de la región a partir de 2040. Aunque considere que los desafíos para estos sistemas serán mayores a partir de 2020, pues aumentará la dependencia de los mayores, como Brasil y Argentina, el estudio concluye que es necesario que los estados consoliden sistemas de pensiones de cobertura universal y con fuerte componente de solidaridad para la región igualdad.
Para ello, el estudio recomienda que los estados busquen ampliar la cobertura; mejorar la solidaridad del componente contributivo mediante normas para los cotizantes que beneficien a los sectores con pensiones insuficientes transferencias financiadas con rentas generales o mediante solidaridad contributiva; integrar los esquemas contributivos y no contributivos (en una lógica de derechos universales); mantener los incentivos a la contribución y garantizar la sostenibilidad financiera, con la integración de una perspectiva de igualdad de género en su formulación.
Agencia Brasil.-