
Cambiemos y sus aliados se imponen en las elecciones a diputados en 15 distritos: provincia de Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Chubut, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Salta, Santa Cruz, Santa Fe.
Los guarismos arrojan que el oficialismo pierde en Catamarca, Formosa, Misiones, Río Negro, San Juan, San Luis, Santiago del Estero, Tucumán y Tierra del Fuego, donde hay una inquietante paridad.
De mantenerse estos resultados, el partido del presidente Mauricio Macri logró revertir las derrotas de las paso en provincia de Buenos Aires, Santa Fe, La Rioja, Chubut y Salta. En cambio, los hermanos Rodríguez Saá lograron arrebatarle San Luis, que se había pintado de amarillo en las internas.
Los números anticipan un nuevo reparto del poder en el Congreso, donde si bien a Cambiemos no le alcanza para tener quórum propio, sí aumentará ostensiblemente su representación. El nuevo mapa del parlamento le permitirá avanzar con algunas de las reformas pendientes que había prometido en la campaña de 2015.
El resultado también puede ser leído como un fuerte respaldo a los primeros dos años de gestión de Mauricio Macri y plantea un escenario favorable para las elecciones de 2019.
La victoria contundente de Cambiemos en las elecciones legislativas en todo el país le dejó un panorama prometedor al gobierno de Mauricio Macri para avanzar con sus reformas para los próximos dos años y proyectarse de cara a una posible reelección en las presidenciales de 2019. El rotundo retroceso del peronismo, la mayoría en Diputados y Senadores y el apoyo que le dieron las urnas son algunas de las claves del triunfo macrista.
El triunfo de Cambiemos fue arrollador. Y el peronismo se quedó sin un referente sobre quién empezar a reconstruirse.
El Gobierno obtuvo todo lo que buscaba, su elección soñada:
– Ganó a nivel nacional y llegó al 40 por ciento que aspiraba.
– Se llevó los cinco distritos electorales más importantes (Buenos Aires, Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza) como ninguna fuerza lo había logrado desde 1985.
– Derrotó a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires y revirtió distritos como Santa Fe y Salta.
– Se acercó un poco más al quórum en Diputados: creció 21 votos en esa Cámara. Y obtuvo 9 escaños más en el Senado.
María Eugenia Vidal quedó consolidada como una figura indiscutible del universo oficial.
La contracara es una pronunciada derrota del peronismo, una de las peores que haya sufrido. En efecto, el peronismo quedó sin un referente claro que pueda guiar su reconstrucción.
Pocos dirigentes salvaron la ropa: Uñac, Verna, los Rodríguez Saa, Corpacci e Insfrán no parecieran tener peso específico suficiente para remontar una liga de gobernadores en la que perdieron Schiaretti, Bordet, Peppo y Urtubey.
Y si bien en el Senado Pichetto conducirá un bloque de 23 senadores, mientras que Cristina liderará unos diez, es la expresidenta, aún en la derrota, la que conserva el principal caudal electoral dentro de la oposición.
Por otra parte, ¿qué condiciones pueden imponer, a priori, Massa y Randazzo?.
Evidentemente, el peronismo, si piensa llegar mejor parado al 2019, tendrá un trabajo arduo para construir un liderazgo y no está claro sobre quién lo hará.
Quizá influyó en el triunfo la economía: en agosto la industria creció 5 por ciento, la construcción, 13 por ciento; el Indec viene arrojando datos positivos y, el último mes, inclusive, repuntó aunque sea levemente el consumo masivo.
¿Cuánto influyó el caso Maldonado? El desarrollo del caso, y su desenlace lamentablemente trágico, tuvo un fuerte impacto emocional, pero no se tradujo en un voto adverso al Gobierno en las urnas.
El triunfo de Cambiemos lo perfila bien parado, por lo menos, hasta el 2021, las próximas legislativas. Pero, en lo inmediato, hoy mismo comienza a construirse otra agenda.
El clima político para el Gobierno es inmejorable. Y el Gobierno está en mejores condiciones de impulsar su agenda legislativa, incluyendo las reformas laboral y tributaria y el proyecto de presupuesto.
Jorge Basur









