En Uruguay, el gobierno no puede con el aumento del desempleo

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Ministro de Economía de Uruguay, Danilo Astori (Foto Presidencia)

Por Jorge Basur -especial para ICN Diario.-
El ministro de Economía Danilo Astori dio una conferencia en la Cámara Española de Comercio sobre la economía uruguaya, la recuperación del crecimiento y las perspectivas de futuro. Allí destacó que el país sigue diferenciándose de la región por su crecimiento, pero reconoció que algunos indicadores aún no dan muestras o señales firmes de recuperación.
Aunque existe un crecimiento de la economía, el Gobierno está preocupado por la creciente pérdida de puestos de trabajo.
Los datos fueron divulgados estos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE) es y muestran que el porcentaje de uruguayos ocupados bajó de 58,2% a 57,8% en la población en edad de trabajar en el promedio del segundo trimestre del año, en relación al mismo período del año pasado. Si bien en el número de empleos no representa una caída significativa (1.300 puestos de un total de 1,6 millones), representa un décimo trimestre consecutivo de retroceso del mercado de trabajo, desde el máximo de 60,8% alcanzado en el último cuarto del año 2014.
Por su parte muestra el INE que, la tasa de desempleo pasó de 7,6% de la población económicamente activa –aquellos que ocupan un puesto o buscan un empleo; es decir, la oferta total de trabajadores en el mercado local– en el segundo trimestre del año pasado, a 8,1% en igual período de 2017.
“El nivel de empleo acumula dos años de caída y muestra que si comparamos el primer cuarto de 2015 con el primer cuarto de 2017, hemos perdido 40 mil puestos de trabajo. Para Uruguay eso constituye una cifra preocupante y  alta, que exige dedicación para superarla”, reconoció el ministro. Para el Ministro Astori, los sectores que tienen mayor participación en el empleo son los que menos han crecido en el último tiempo, como ejemplo dio a la construcción y el comercio.
Durante el segundo trimestre del año, el sector más perjudicado por la caída de puestos de trabajo respecto a 2016 fue suministro de electricidad, gas y agua –entre otros servicios–, con una caída de 15% en el número de empleos. Le siguió información y comunicación, con un retroceso de 9% y la industria, con una caída de 5% en el total de ocupados. Eso último se dio pese a que el núcleo duro del sector aumentó 5% su actividad en el mismo período, su mejor desempeño desde fines de 2011. Por otra parte, los sectores que más contrataron personal en términos netos fueron los servicios profesionales (11%), la industria financiera (6%) y la construcción (5%).
Las empresas que contratan personal opinan que la correlación entre crecimiento de la economía y generación de empleo se desdibujo y se está dando un proceso de incorporación de tecnología y de industrias menos intensivas en mano de obra. Las empresas hoy están  incorporando menos personal y con mayor especialización. Además hay que considerar otras causas que tienen que ver con un contexto de relativa incertidumbre en la región, lo que lleva a los empresarios a tener cierta “precaución” a la hora de contratar personal porque los “costos salariales en Uruguay” son elevados y afectan los niveles de competitividad. Debido a esto las empresas optimizan sus recursos humanos con reestructuras en sus plantillas.
También llama la atención que en las selecciones de personal  que se realizan para el sector industrial el mayor volumen es de postulantes muy calificados que se encuentran en la búsqueda de trabajo por la inestabilidad que experimentan en las empresas en las que se encuentran o por haber perdido recientemente su empleo.
Si bien hoy día se observan mejoras en diversos indicadores, los técnicos manifiestan que ha pasado poco tiempo para generar en los empresarios la confianza suficiente para recontratar o ampliar sus plantillas, también factores como la automatización, tercerización y mejoras en los procedimientos, genera que se pueda disminuir la demanda de nuevos puestos de trabajo. Algunos indicios de reactivación los vemos en empresas como LIFAN o SADAR.
El Ministro Astori decía el año pasado 2016  que a pesar de que en ese setiembre se registró un incremento del desempleo, se manifestaba optimista en referencia a que el plan nacional de infraestructura y la inversión comprometida para garantizar la instalación de una nueva planta de celulosa de UPM en el 2018, generaría “un fuerte impacto a nivel laboral”, lo que hoy en día todavía está muy lejano.
Su optimismo adelantado era por tener unos 12.000 millones de dólares planificados que incluye lo que esperamos sea la concreción de una inversión absolutamente relevante, decía el Ministro y remarcaba que esperaba que la inflación “continúe acompañando con su tendencia a la baja”.
Actualmente hay una percepción y es que es lento pero sigue disminuyendo la oferta laboral y eso se debe a un dato más que preocupante: se estabilizó no porque se crearan nuevos puestos de trabajo sino porque menos personas salieron a buscarlos. Es probable que haya que acostumbrarse a convivir con al menos unos 140.000 desempleados crónicos en el país.
Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) el desempleo urbano promedio en América Latina está en aumento y supera el 9%, aunque con grandes desigualdades. En México, Perú o Bolivia ronda el 4%, Chile anda en torno al 7%, Argentina en 9% y Brasil en más de 13% (con diferencias enormes entre el norte y el sur del país).
Existen mediciones más o menos fiables en Montevideo desde 1970, y en todo el país a partir de 1981que dicen que el promedio de desempleo durante casi medio siglo fue de 9,8%, con picos de entre 14 y 17% en períodos críticos, como 1982-1983 y 2002-2003.
El largo ciclo de crecimiento llevó el desempleo a sólo 6% o 7% entre 2011 y 2014. La menor desocupación histórica se dio en 1981 (6,2%) y 2011 (6,3%).
En los barrios costeros de Montevideo, con una población mejor preparada y vinculada, el desempleo es casi nulo. Pero entre los jóvenes de clase baja la desocupación ronda el 25%, y más aún entre las mujeres. Ellos suelen tener grandes problemas para hallar su primer empleo. La oferta se restringe básicamente a pequeños comercios, supermercados, servicio doméstico, faenas a destajo o “changas” informales.
Pese a que la economía uruguaya continúa creciendo, el número de desempleados aumentó 25% desde 2013.El desempleo golpea más a Montevideo (8,9%) que al interior urbano (7,2%).
Desde el gobierno el ministro de Economía, Danilo Astori, sostiene que una de sus preocupaciones es la caída del nivel de empleo. “Los sectores más dinámicos de la economía en los últimos dos años (como la energía y las telecomunicaciones) fueron aquellos que tuvieron una menor participación en el empleo”, precisó.
Los trabajos de baja calificación, que suelen ser relativamente rutinarios y repetitivos, son los más fácilmente sustituibles por tecnologías, software y sistemas de autoservicio. Las compras y las operaciones bancarias se realizan cada vez más mediante computadoras y eso dificulta la inserción de nuevos trabajadores.