Con su clásico rostro de piedra, el dictador venezolano Nicolás Maduro, reacciona ante la sanción impuesta que prohíbe a ciudadanos de Estados Unidos negociar la compra de petróleo con el régimen de la dictadura chavista.
“Nosotros queremos seguir vendiéndole a Estados Unidos, pero parece que Donald Trump ha prohibido por estas medidas coercitivas de persecución financiera que Venezuela siga siendo un suministrador seguro de petróleo”, dijo Maduro y pidió una reunión urgente con los clientes estadounidenses del petróleo venezolano para buscar revertir la situación
El mayor violador de los derechos humanos en América Latina, que ha pisoteado la Constitución venezolana, que ha ejercido una brutal represión en contra de su pueblo y ha sido el responsable de los casi 200 asesinatos de manifestantes, tiene el descaro de decir en cadena nacional que “el país se rige por ser un movimiento socialista y de carácter cristiano, demostrado en la práctica, que si se puede con el derecho a la educación pública, gratuita y de calidad; el derecho al empleo, la vivienda, el agua, servicios públicos y trabajo”.
El cinismo de Maduro no tiene límites y miente compulsivamente, creyendo que el mundo ignora el terrorismo de Estado que aplica en Venezuela:
“¿Qué tiene que ver Donald Trump y Estados Unidos con La Constitución más democrática y humanista de todos los tiempos? que fue elegida por el pueblo y trajo a la paz a todo el país (…) no los derrotamos con balas, sino con votos” dijo el dictador.
El fin de esta dictadura será, sin lugar a dudas, el que vaticinó el Libertador Simón Bolivar, en una histórica frase:
“Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos”
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