Juan Marino: El marinero que nació de nuevo

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Juan Marino, el marinero
Juan Marino, el marinero
Por Luis Jaunsolo Portillo.- La dura vida de la Industria Pesquera, su cultura, producción y su funcionamiento,  presente en nuestras vidas indirectamente, normalmente se ignora.
Juan Marino, “El Chiqui” como le dicen sus familiares y amigos es marinero de la pesca en Mar del Plata, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Hace 14 años que se desempeña en dicha labor, como dice él: “este trabajo no es para cualquiera, se gana bastante bien, pero nunca sabes que te deparará el mar”
Adora a su familia, constituida por su esposa y cuatro hijos de 18, 16, 11 y la más pequeña, de casi dos años.
Originario de  General Roca, ubicada en el Norte de la Patagonia bastante lejos del mar, en la provincia de Río Negro. Junto con sus padres y sus cuatro hermanos cuando él era un niño se mudaron a Mar del Plata.
Comenzó a trabajar como filetero y más tarde se preparó y obtuvo su Libreta de Embarque, lo que le permitió embarcarse.
A sus 37 años, el rudo pescador, registró  en las redes sociales una sucesión de fotos, la semana pasada antes de salir a navegar.
En la última imagen que agrega saludando y ya en navegación, le adjunta una dedicatoria a sus seres queridos con una despedida especial: “Los amo hijos y a vos amor hasta la vuelta”.
-¿Juan, es común una despedida como la que enviaste a tu familia en tu último embarque?
– “Rara vez, pero tenía como un presentimiento, un sentimiento raro, algo que me llevó a transmitirle el amor que les tengo a mis hijos y esposa, mi gran compañera de vida…”
Siempre hay que prepararse para una nueva marea en alta mar. Cuando el marino le toma el gusto a la vida en tierra, en el caso que nos ocupa apenas dos días, nuevamente hay que aprontarse para sobrellevar las 11 singladuras (días de navegación) que deberá sobrellevar en el medio marino siempre y cuando haya pesca.
Por un lado, les  aflige tener que alejarse de sus  familias, pero no les queda otra, deben  ganar dinero y que no les falte nada a su núcleo familiar.
Hay una particularidad que llama la atención, una vez  despedidos de sus seres queridos, solo quieren  llegar al barco y soltar amarras para acabar cuanto antes y volver nuevamente a sus casas.
Si por alguna causa, ya estando a bordo el buque no pueden salir por cualquier causa o inconveniente, se sienten molestos, el ambiente en el buque se vuelve pesado y el aire inicialmente jovial se vuelve turbio.
El desatraque del pesquero primero, la navegación hasta los caladeros de pesca y las tareas de pesca luego, que los ocupan diariamente en forma rutinaria, hacen que los días pasen más rápido, llegando a no poder determinar muchas veces en que día viven, llegando a trabajar unas 10 u 11 horas cada día.
screenshot_16El miércoles 6 de Setiembre, nos cuenta Juan Marino zarpamos de Mar del Plata los 17 tripulantes que integramos la tripulación del buque pesquero “ESTEIRO”,
Buque construido en Zumaya, España, en los Astilleros Balenciaga, botado y bautizado en 1988; con 38,1 metros de eslora (largo), 8,8 metros de manga (ancho), y 5,85 metros de puntal (alto).
Durante la noche del viernes 11 de Noviembre del presente año, mientras navegaba mar adentro aproximadamente a  197 millas náuticas de Mar del Plata (350 Km.), al sudeste de Bahía Blanca, por razones que se ignoran por parte de los investigadores, pero que según nos informa Juan, el buque  toma fuego  por un supuesto corto circuito en un camarote a popa del mismo.
El operativo de rescate se inició cuando la Estación Costera Mar del Plata recibió una comunicación telefónica que advertía que el pesquero, de bandera argentina, presentaba un foco ígneo en la popa.
La Prefectura puso en marcha el protocolo de actuación para estos casos y ordenó a los buques más cercanos que se dirigieran al lugar.
En este marco, el pesquero “ATREVIDO” (Bandera Argentina) arribó a la zona y evacuó a la totalidad de los tripulantes del buque incendiado (16 más un inspector de pesca), todos en buen estado de salud.
A la vez, se destacaron medios aéreos y fluviales para controlar el fuego, asistir a la tripulación y asegurar la navegación. En este sentido, el guardacostas GC-26 Thompson navego hacia la zona con buzos y bomberos a bordo y el avión patrullero PNA PA-22 sobrevoló la embarcación siniestrada.
El buque “ESTEIRO” no pudo resistir el peso de las llamas y terminó hundiéndose a las 11.45 del pasado domingo 12 de noviembre.
Juan Marino lamenta el hundimiento de su buque,  no está conforme con las tareas de rescate de la PNA  y la  ARMADA, no sabe cómo va a reconstruir su actividad laboral, si le van a pagar algo pues la situación es confusa, espera que su Sindicato realice las gestiones correspondientes al respecto.
-“No puedo dormir bien, me despierto seguido en la noche pensando que todavía estoy a bordo del buque incendiado; estoy siendo asistido por psicólogos así como por fisioterapeutas por dolores en mi espalda y brazos, supongo que por el esfuerzo realizado al tomar cabos del buque “ATREVIDO” que finalmente nos rescató y he sufrido lo que los médicos me han informado que son ataques de pánico “
Cuando se van a navegar, miran atrás en busca de una despedida desde su casa, aunque no haya nadie, la mayoría de los marineros llegan a sentir en ese momento  una mezcla de emociones contradictorias que se apodera de ellos.
Pero todo lo que es muy complicado en sus vidas al salir a navegar, lo recompensa en  cantidad  y calidad el regreso.
Chiqui, no solo nos lo cuenta,  sino que  ha publicado el siguiente agradecimiento:
-“La verdad es que le agradezco a la gente del barco “ATREVIDO” que nos pudieron rescatar a tiempo, gracias a Dios estoy bien y la puedo contar de vuelta,  estar con mi familia de vuelta, muchas gracias a todos aquellos que se preocuparon… Stella Garcia (su Esposa)”
Finalmente, Juan nos cuenta que siempre hay un pensamiento que nunca desaparece cuando se está a bordo y se resume en una sola palabra: “VOLVER…”
El incendio en la prensa y en las redes

https://www.youtube.com/watch?v=L4zd5agBxyM