Por Paco Tilla.-
En la era de la desinformación, la mentira se disfraza de noticia y busca sembrar confusión donde debería prevalecer la verdad. El reciente galardón del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado ha desatado una ofensiva propagandística del chavismo, encabezada por el portal oficialista “Venezuela News”, que ha difundido falsedades tan grotescas como insostenibles.
El medio asegura que el Comité Nobel habría prohibido un supuesto acto de juramentación en Oslo, donde el “TSJ en el exilio”, exdiputados de la Asamblea Nacional de 2015 y Edmundo González habrían intentado proclamar a Machado como vicepresidenta. Nada de esto ocurrió. El reglamento del Nobel prohíbe expresamente cualquier acto paralelo en el recinto oficial, y no existe evidencia ni comunicado que respalde semejante versión.
Mientras tanto, la verdadera noticia pasó inadvertida para quienes prefieren la ficción: por primera vez en su historia, el Comité Noruego del Nobel exigió públicamente a Nicolás Maduro que acepte los resultados electorales y renuncie. Jørgen Watne Frydnes, presidente del Comité, lo dijo sin ambigüedades durante la ceremonia: “Maduro debe aceptar los resultados y facilitar una transición pacífica hacia la democracia”. Un pronunciamiento histórico que refuerza la presión internacional contra el régimen.
¿Por qué estas mentiras? Porque el Nobel otorgado a Machado representa un golpe simbólico y político para el chavismo. Inventar conspiraciones busca desviar la atención de lo esencial: el reconocimiento mundial a la lucha democrática en Venezuela y el aislamiento creciente de quienes se aferran al poder.
En tiempos donde la verdad es la primera víctima, el periodismo responsable tiene la obligación de desenmascarar la mentira. Hoy, más que nunca, la defensa de la democracia comienza por la defensa de los hechos.
Y Maduro, sigue llorando…













