Informe: escándalo en Honduras, denuncian que ante la derrota el gobierno de Xiomara Castro intenta impedir el conteo de votos

Análisis del Equipo de Investigación Periodística de ICN Diario

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Verificación de actas . Foto OEA

Tegucigalpa. Las elecciones generales del 30 de noviembre han desencadenado una tormenta política sin precedentes en Honduras. Con una diferencia de apenas 515 votos entre Nasry Asfura (Partido Nacional) y Salvador Nasralla (Partido Liberal), el país enfrenta una crisis institucional marcada por fallas tecnológicas, actas retenidas, acusaciones de sabotaje y un conflicto abierto entre los consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE).

Cossette López, consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras, denunció que la conferencia de prensa prevista para reanudar la divulgación de resultados electorales fue “boicoteada” por grupos afines al Partido Libertad y Refundación (Libre), el partido gobernante de la presidenta Xiomara Castro. El incidente ocurrió en el Hotel Plaza Juan Carlos en Tegucigalpa, donde se había convocado a medios nacionales e internacionales.

Según López, el consejero Marlon Ochoa se opuso a la reactivación del proceso de actualización de resultados y habría enviado “colectivos de Libre” y miembros de su despacho para impedir la conferencia. López alertó en su cuenta de X: “Se boicotea la conferencia de prensa que marcaría el reinicio de la divulgación de resultados (…). Alerta, pueblo hondureño”. Hasta el momento, el CNE no ha emitido una postura oficial sobre lo ocurrido.

El colapso del sistema TREP

El Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP), operado por la empresa colombiana ASD SAS, se convirtió en el epicentro de la controversia. Desde la noche electoral, la plataforma presentó fallas críticas que paralizaron la divulgación pública de resultados. Aunque el procesamiento interno continuaba, el sitio web oficial quedó inactivo, generando incertidumbre nacional e internacional.

El CNE admitió que 43% de las actas seguían pendientes cuando ocurrió la caída del sistema. Para mitigar la crisis, se habilitó una “Sala de Divulgación” con acceso controlado para partidos y medios, mientras se integraban actas en contingencia 1 y 2 (no transmitidas o no procesadas). Sin embargo, los problemas no eran nuevos: en el simulacro del 9 de noviembre solo se transmitió el 35.7% de las actas, lo que ya había encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad del sistema.

Actas retenidas y riesgos de fraude

El consejero Marlon Ochoa que representa al gobierno de Xiomara Castro en el CNE, está acusado de tratar de entorpecer el conteo de los votos, tras la contundente derrota de la candidata oficialista Rixi Moncada

Acusaciones y audios filtrados

La tensión escaló cuando Cossette López acusó a Ochoa de agresiones verbales y hostigamiento durante sesiones del pleno, en medio de la discusión sobre audios filtrados que revelan supuestos planes para alterar el proceso electoral. López anunció acciones legales por violencia institucional y difamación.

La Fiscalía, mientras tanto, admitió denuncias contra Ochoa por presuntos delitos electorales y traición a la patria, aunque las investigaciones avanzan lentamente.

El boicot que paralizó la transparencia

El 2 de diciembre, cuando el CNE intentaba reanudar la divulgación de resultados, colectivos del oficialista e izquierdista partido Libre irrumpieron en el Hotel Plaza Juan Carlos y boicotearon la conferencia de prensa, impidiendo que se informara sobre la reactivación del proceso. López responsabilizó a Ochoa de enviar grupos afines para frenar la transparencia, lo que profundizó la fractura interna.

Un país al borde del colapso electoral

Con un empate histórico y denuncias de sabotaje, el CNE enfrenta el desafío más grande desde su creación. La falta de confianza en el sistema, la intervención de actores políticos y la guerra interna entre consejeros amenazan con deslegitimar el resultado final y poner en riesgo la gobernabilidad de la presidenta Xiomara Castro y el futuro del Partido Libre.

El papel de Manuel Zelaya: el personaje oscuro

Manuel Zelaya, expresidente de Honduras y esposo de la actual mandataria Xiomara Castro, juega un papel estratégico y altamente influyente en esta crisis electoral. Aunque no ocupa un cargo formal en el gobierno, es el coordinador general del Partido Libertad y Refundación (Libre) y actúa como operador político clave.

Funciones y acciones concretas

Coordinador de Libre: Zelaya dirige la estructura partidaria y define la línea política del oficialismo. Tras los primeros resultados que colocaron a Rixi Moncada en tercer lugar, llamó públicamente a la militancia a “mantenerse en pie de lucha” hasta el escrutinio final del 100% de las actas, calificando esta vigilancia como “moral y patriótica”.

  • Acusaciones en su contra

    • Influencia en el CNE: Diversos sectores lo acusan de haber tejido una red de control dentro del CNE, colocando personas cercanas (como Marlon Ochoa) en puestos estratégicos para influir en decisiones clave del proceso electoral. Estas denuncias incluyen presunta manipulación en la logística y asignación de contratos a empresas vinculadas al oficialismo.
    • Crisis institucional: Analistas advierten que Zelaya, sin cargo oficial, ejerce un poder decisivo sobre instituciones electorales, lo que alimenta la desconfianza y agrava la crisis democrática en Honduras.

¿Qué sigue?

La declaratoria oficial dependerá de la integración completa de las actas y la resolución de las denuncias. Pero la pregunta que se impone es: ¿puede Honduras garantizar elecciones limpias en medio de una crisis institucional tan profunda?