Ecuador mantiene habilitados únicamente dos pasos fronterizos con Colombia y Perú por razones de seguridad nacional

La Cancillería precisó que las demás conexiones fronterizas legales del país permanecerán cerradas, y que la decisión fue comunicada oportunamente a los gobiernos de Colombia y Perú

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Presidente de Ecuador, Daniel Noboa - Foto Presidencia

El Gobierno del Ecuador informó que, a partir del miércoles 24 de diciembre de 2025, permanecerán habilitados únicamente dos pasos fronterizos internacionales con Colombia y Perú, como parte de una medida adoptada por razones de seguridad nacional.

De acuerdo con lo señalado por la Cancillería ecuatoriana, los únicos pasos autorizados para el tránsito internacional serán el Puente Internacional de Rumichaca, en la frontera con Colombia, y el paso de Huaquillas, en la frontera con Perú. Ambos constituyen las principales puertas comerciales del país con sus vecinos del norte y del sur.

Ecuador comparte aproximadamente 600 kilómetros de frontera con Colombia y cerca de 1.500 kilómetros con Perú. Estas extensas líneas limítrofes, que conectan la región del Pacífico con la Amazonía, atraviesan zonas selváticas y ríos de difícil control, lo que históricamente las ha convertido en áreas altamente permeables. En dichos territorios se han identificado numerosos pasos ilegales utilizados para actividades de contrabando, incluyendo el tráfico de drogas, armas y explosivos.

La Cancillería precisó que las demás conexiones fronterizas legales del país permanecerán cerradas, y que la decisión fue comunicada oportunamente a los gobiernos de Colombia y Perú. Asimismo, recalcó que Rumichaca y Huaquillas serán los únicos puntos oficialmente autorizados para el tránsito entre Ecuador y sus países vecinos, sin que hasta el momento se haya informado el plazo de vigencia de la medida.

Esta decisión se enmarca en el contexto de la lucha del Estado ecuatoriano contra organizaciones narcotraficantes con vínculos a carteles internacionales. La confrontación entre estas bandas criminales ha derivado en una escalada de violencia sin precedentes, posicionando a Ecuador como uno de los países más violentos de América Latina.