Bromista: Delcy “Cacatúa” Rodríguez exige que Trump les pida disculpas…

Por Paco Tilla

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Delcy "La Cacatúa" ataca de nuevo

“La mujer hermosa es un peligro. La mujer fea un peligro y una desgracia” –
Santiago Rusiñol i Prats.-

Parece que en el mundo de la diplomacia surrealista, Delcy Rodríguez, “La Cacatúa” o Betty la fea, ha decidido aplicar la técnica de “el mundo al revés”. Es como si después de una ruptura caótica, la persona que quemó las cartas y cambió la cerradura llamara para exigir que le pidan perdón por haberle hecho perder el tiempo la Cacatúa exige un pedido de disculpas.

El “Manual de Etiqueta” de Delcy

  • La Táctica del Espejo: Es esa lógica de “Yo no te bloqueé, tú me obligaste a ignorarte”. Según esta narrativa, Estados Unidos debería llegar a Miraflores con un ramo de flores, una caja de bombones y una nota que diga: “Perdón por las sanciones, no sabíamos que te pondrías así de sensible”.

  • El “Ghosting” Diplomático: Después de meses de tensiones, actas electorales desaparecidas y declaraciones cruzadas, pedir disculpas es como esperar que el coyote le pida perdón al correcaminos por ponerle dinamita en el camino.

  • Nivel de Optimismo: Infinito: Hay que reconocerle a Delcy que tiene una confianza envidiable. Pedirle disculpas al régimen en este contexto es como esperar que un árbitro de la FIFA te pida perdón por pitar un penal después de ver el VAR.

La posible lista de “disculpas” que esperan:

  1. “Perdón por dudar de la transparencia de los resultados que solo nosotros vimos”.

  2. “Perdón por creer que la economía funcionaba con algo más que fe y esperanza”.

  3. “Perdón por no entender que la ‘Paz’ a veces requiere un poquito de represión”.

Lo que realmente pasará:

Probablemente la respuesta de Washington sea el equivalente diplomático a un mensaje de WhatsApp “visto” a las 3 de la mañana: un silencio incómodo y quizás una nueva ronda de sanciones para variar el menú.

Paso de comedia con título: “El Perdón que no llega”

Personajes:

  • Delcy: Con un tono de voz que mezcla “profesora estricta” y “reina del drama”.

  • Operador de la Casa Blanca (Kevin): Un pasante que solo quiere que den las 5:00 PM para irse a casa.


(Suena el teléfono en Washington D.C.)

Kevin: Hello? Casa Blanca, ¿con quién tengo el gusto?

Delcy: Escúchame bien, Kevin —asumo que te llamas Kevin porque todos los gringos genéricos y los ñeris sudamericanos se llaman así—. Habla la Vicepresidenta. La que tiene las actas invisibles pero el ego bien visible.

Kevin: Ah, hola… ¿Venezuela otra vez? Mire, el señor Trump está ocupado y no atiende llamados de loros barranqueros  ¿Es por el petróleo?

Delcy: ¡No es por el petróleo, Kevin! Es por la dignidad nacional. Estoy esperando la tarjeta de Hallmark.

Kevin: ¿La tarjeta de qué?

Delcy: La de “Lo siento”. Queremos una disculpa pública, en cadena nacional, con fuegos artificiales y quizás una foto mía en el Lincoln Memorial. Deben pedir perdón por ser tan… tan… obstinados con eso de la democracia. ¡Qué falta de respeto!

Kevin: Déjeme ver si entiendo. Ustedes quieren que nosotros —que les pusimos sanciones hasta por el aire que respiran— les pidamos perdón… ¿Exactamente por qué?

Delcy: (Indignada) ¡Por todo! Por dudar de que ganamos con el 120% de los votos, por decir que el CNE es un grupo de WhatsApp de Maduro, y sobre todo, por hacernos gastar tanto dinero en vallas publicitarias que nadie cree. ¡Eso es acoso diplomático!

Kevin: Señora Cacatúa, con todo respeto, el mundo entero vio lo que pasó. Es como si yo me robo un sándwich de la nevera de la oficina frente a la cámara de seguridad y luego exijo que el jefe me pida perdón por tener hambre.

Delcy: ¡Exacto! ¡Ese es el punto! El sándwich era soberano. Y la cámara de seguridad es una herramienta del imperialismo para vigilar mi dieta.

Kevin: Mire, doña Delcy, lo más que puedo ofrecerle es un cupón de 5 dólares para un Starbucks en el aeropuerto de Miami, pero no creo que pueda usarlo porque, ya sabe… las sanciones.

Delcy: ¡Me insultas! ¿Sabes qué? Ahora la disculpa tiene que ser en español, con acento de Caracas y me tienen que regalar un algoritmo nuevo para Twitter que solo me dé likes.

Kevin: (Suspirando) Lo anotaré en mi máquina de escribir invisible, junto a la solicitud de paz mundial y la receta de las arepas que me prometió el otro tipo.

Delcy: ¡Y no cuelgues! ¡Que todavía no hemos hablado de la indemnización por los daños morales causados a mis carteras de diseñador! ¡Aló! ¡Aló, Kevin!

(Sonido de “tu-tu-tu-tu-tu”…)