¡Vergüenza mundial!: Uruguay naufraga ante Estados Unidos

Más allá de la goleada, lo preocupante es la gestión de Bielsa. Convoca jugadores que viajan miles de kilómetros para luego no darles minutos, los desafecta sin explicación y genera un clima de incertidumbre en todo el equipo

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El amistoso internacional disputado en el Raymond James Stadium de Tampa terminó siendo una pesadilla para Uruguay. Estados Unidos goleó 5-1 a la Celeste en un partido que dejó más dudas que certezas a menos de ocho meses del Mundial 2026. El equipo de Marcelo Bielsa no solo fue superado en lo futbolístico, sino que mostró una preocupante falta de identidad y orden táctico.

Un primer tiempo para el olvido

La debacle comenzó temprano. Sebastian Berhalter abrió el marcador al minuto 17 con un golazo de tiro libre tras una jugada preparada. Apenas tres minutos después, Alex Freeman ganó en las alturas y puso el 2-0. El lateral estadounidense se convirtió en figura con un doblete, marcando nuevamente al 31’ tras una gran acción individual. Como si fuera poco, Diego Luna anotó el cuarto a los 42’, dejando a Uruguay completamente desorientado.

La única luz en la oscuridad llegó en el agregado del primer tiempo: Giorgian De Arrascaeta descontó con una chilena espectacular (45+1’), demostrando que la calidad individual sigue siendo el único recurso de la Celeste cuando todo lo demás falla. Pero el daño ya estaba hecho: 4-1 al descanso y sensación de impotencia.

Segundo tiempo: expulsión y humillación

En la segunda mitad, Bielsa intentó recomponer con cambios, pero el equipo siguió sin rumbo. Para colmo, Rodrigo Bentancur fue expulsado al 64’ por una dura entrada sobre Berhalter, dejando a Uruguay con diez hombres. El golpe final llegó al 68’, cuando Tanner Tessmann aprovechó una mala salida del arquero Fiermarín y selló el 5-1 definitivo.

El problema no es solo el resultado

Más allá de la goleada, lo preocupante es la gestión de Bielsa. Convoca jugadores que viajan miles de kilómetros para luego no darles minutos, los desafecta sin explicación y genera un clima de incertidumbre. Además, insiste en ubicar futbolistas fuera de su posición natural —como Rodrigo Zalazar—, lo que afecta el rendimiento colectivo. ¿Cómo se construye confianza si el propio entrenador no respeta a sus jugadores?

Uruguay no mostró ideas, ni presión alta, ni salida clara. Fue un equipo largo, desordenado y sin reacción. Si esta es la preparación para el Mundial, el panorama es sombrío.

“No tengo sensación de reclamo hacía nadie”, dijo Bielsa en la rueda de prensa posterior al partido. Y las redes estallan pidiendo la renuncia del entrenador.

Conclusión

Este resultado no es un simple traspié: es una señal de alarma. Bielsa debe revisar su metodología y recuperar la esencia competitiva de la Celeste. De lo contrario, el sueño mundialista corre serio riesgo. Uruguay no puede permitirse llegar a 2026 con esta imagen deslucida y sin rumbo.