Protesta indígena interrumpe acceso a la Conferencia de Naciones Unidas COP30 y exige freno a proyectos del gobierno brasileño

La movilización pacífica que detuvo el acceso durante una hora, derivó en una convocatoria a diálogo con ministras del gobierno brasileño

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Alrededor de 90 integrantes del pueblo indígena Munduruku realizaron este viernes una protesta pacífica en la entrada principal de la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), celebrada en Belém, Brasil. La movilización, que impidió durante cerca de una hora el paso de negociadores y participantes acreditados, llevó a solicitar apoyo del ejército para reforzar la seguridad en el recinto.

Los Munduruku, originarios de la Amazonía y presentes especialmente en los estados de Amazonas, Mato Grosso y Pará, denunciaron proyectos del gobierno brasileño que, según sostienen, amenazan a las comunidades que habitan las cuencas de los ríos Tapajós y Xingu. Entre sus principales demandas figura el fin de las actividades extractivas en territorios indígenas.

Reclamaciones consideradas “legítimas”

La directora ejecutiva de la COP30, Ana Toni, reconoció ante la prensa que las demandas de los manifestantes están relacionadas con políticas nacionales y que, por ello, se les ofreció una reunión con la ministra de los Pueblos Indígenas, Sônia Guajajara, y la ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva.

Toni calificó la protesta como “legítima” y destacó el compromiso del gobierno brasileño por escuchar a las comunidades. Asimismo, subrayó el aumento de la representación indígena en la COP30, con más de 900 acreditados, comparado con los 300 registrados en la edición anterior en Bakú, Azerbaiyán.

Visibilidad y participación indígena

Para muchos de los participantes, la COP30 constituye un espacio clave para el reconocimiento del rol de los pueblos originarios en la protección y sostenibilidad de los biomas. Amanda, joven indígena del pueblo Pankará (Pernambuco), señaló a Noticias ONU que, aunque la presencia indígena es significativa, aún podría ser mayor.

“Necesitamos que más personas de nuestras comunidades estén aquí. Reivindicamos el derecho a la tierra y el derecho a la vida. Somos quienes creamos esta barrera protectora y queremos ser escuchados”, afirmó. Para ella, representar a quienes no pudieron asistir refuerza el sentido de responsabilidad colectiva.

Declaración y fortalecimiento del compromiso climático

Durante una reunión interna celebrada el jueves, diversos líderes indígenas afirmaron que esta es la conferencia más inclusiva en la que han participado. El joven mapuche chileno Emiliano Medina informó que los representantes revisaron una declaración en la que ratifican su compromiso con la lucha contra la crisis climática.

Medina añadió que protestas como la realizada por los Munduruku son una forma de visibilizar demandas y señalar fallas en las políticas públicas, recordando que acciones similares se han registrado en comunidades afectadas por el cambio climático en distintas regiones del planeta.

“La COP en la Amazonía busca escuchar estas voces”

En un encuentro con periodistas, Ana Toni enfatizó que Brasil cuenta con una “democracia sólida” que permite manifestaciones dentro y fuera del evento. Explicó que la elección de la Amazonía como sede responde al objetivo de facilitar una participación más activa de los pueblos indígenas, algo que hubiese sido menos accesible en ciudades como Río de Janeiro, São Paulo o Brasilia.

La representante añadió que las voces indígenas están siendo escuchadas y anticipó que podrían producirse nuevas manifestaciones a lo largo de la conferencia. “El propósito de realizar una COP en la Amazonía es precisamente escuchar estas demandas”, concluyó.

La COP30 continúa desarrollándose en Belém con una agenda marcada por las negociaciones climáticas y una creciente presencia de pueblos originarios que buscan incidir en las decisiones globales sobre el futuro del planeta.