La Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF, por sus siglas en inglés) realizó sus primeras intervenciones sobre el terreno en Haití, enfrentando una fuerte resistencia por parte de bandas criminales durante las operaciones desarrolladas en el departamento de Artibonite, ubicado a más de cien kilómetros al norte de la capital. Según informó este lunes la propia institución, no se registraron muertos ni heridos durante las acciones iniciales.
Las operaciones, aprobadas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, se concentraron en el despeje y aseguramiento de la carretera Petite-Rivière–Liancourt–Pont Sondé, mediante un despliegue conjunto con la Policía Nacional de Haití (PNH) y las Fuerzas Armadas de Haití (FAD’H). Uno de los operativos principales, ejecutado el pasado viernes durante más de quince horas, tuvo como objetivo garantizar la seguridad de la vía entre Pont Sondé y Verret, en la zona de Liancourt, facilitando el traslado de vehículos blindados destinados a reforzar comisarías estratégicas del área.
De acuerdo con la GSF, los vehículos entregados fortalecerán la presencia de seguridad en la región, garantizarán el libre tránsito y permitirán mejorar el acceso de la población a servicios esenciales. Durante la operación, las bandas armadas intentaron impedir el avance mediante la construcción de trincheras y la ocupación de edificios elevados, desde donde lanzaron cócteles molotov. Sin embargo, estos intentos fueron rápidamente neutralizados por unidades especializadas conjuntas de la GSF y la PNH.
La misión también facilitó el traslado de agentes y equipamiento policial hacia Saint-Marc, a fin de reforzar la presencia de seguridad en esta localidad estratégica. En paralelo, en Puerto Príncipe se mantuvieron patrullas conjuntas diurnas y nocturnas en zonas clave, incluyendo Kenscoff, el centro de la ciudad, el área aeroportuaria y la Academia de la Policía Nacional, con el propósito de aislar y neutralizar estructuras delictivas, proteger infraestructura estratégica y asegurar rutas vitales.
La estrategia operativa de la GSF contempla el fortalecimiento de las capacidades de la PNH y las FAD’H, la lucha contra el tráfico y desvío de armas ilegales, el apoyo al mantenimiento del orden público y la detención de líderes y miembros de pandillas, así como de sus presuntos colaboradores.
El despliegue de la GSF fue aprobado el 30 de septiembre mediante resolución del Consejo de Seguridad, copatrocinada por Estados Unidos y Panamá, con el fin de superar los limitados resultados alcanzados por la anterior Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), liderada por Kenia. La nueva fuerza cuenta con el respaldo del Gobierno de Haití y prevé el despliegue de hasta 5.500 efectivos policiales y militares, además de 50 especialistas civiles, en una primera fase con mandato inicial de 12 meses.