El huracán Melissa, una tormenta de categoría 5, tocó tierra en Jamaica este martes con vientos sostenidos de hasta 280 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y un alto riesgo de inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra. Las autoridades locales y organismos internacionales advierten de un potencial desastre humanitario que podría afectar a cientos de miles de personas en toda la región del Caribe.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el impacto en la isla podría ser “devastador”. Anne-Claire Fontan, especialista en ciclones tropicales de la entidad, citó al Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos al señalar que “es probable que se produzca un fallo estructural total” en zonas directamente afectadas.
“Nunca había visto esa frase antes… el impacto previsto en Jamaica es enorme”, añadió Fontan. Se estima que Melissa dejará hasta 700 milímetros de lluvia, el equivalente a tres meses de precipitación, generando olas de hasta cuatro metros en la costa sur.
Preparativos y respuesta humanitaria
Ante la magnitud del huracán, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha iniciado una operación marítima desde Barbados para transportar suministros esenciales pertenecientes al PMA, al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
“Está previsto el despliegue de unos 2.000 kits de emergencia tan pronto como se reabran los aeropuertos y las condiciones meteorológicas lo permitan”, informó Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU.
Por su parte, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR) advirtió que Melissa “será el huracán más poderoso del planeta este año”, según su delegado regional Necephor Mghendi.
“Los techos sufrirán una gran presión. Las aguas de las inundaciones subirán. El aislamiento se convertirá en una dura realidad para muchos”, alertó Mghendi, recordando que más de un millón de personas podrían estar en peligro directo, incluidas familias aún afectadas por el huracán Beryl, ocurrido hace apenas 16 meses.
Daños en el Caribe y activación de fondos de emergencia
Ya se han reportado fallecimientos en Haití, la República Dominicana y Jamaica, mientras las lluvias continúan afectando a toda la región. La velocidad de desplazamiento del huracán, de apenas seis kilómetros por hora, agrava los daños estructurales y la saturación del suelo.
En paralelo, la ONU activó un mecanismo de anticipación humanitaria en Cuba y Haití, liberando 4 millones de dólares del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) para el preposicionamiento de alimentos, agua, artículos de higiene y suministros médicos, según confirmó Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
“Las necesidades básicas serán claras: alimentos, agua potable, refugio y atención médica”, subrayó.
Llamado a la solidaridad internacional
La Cruz Roja confirmó que en Jamaica se encuentran suficientes suministros para asistir de inmediato a 800 familias, y que se podrían extender recursos a 60.000 familias en Jamaica y otros países del Caribe, como las Bahamas, “en un plazo de cuatro horas”.
“Una vez que se liberen estos suministros, será necesario reponerlos, y ahí es donde esperamos la solidaridad mundial”, enfatizó Mghendi.
“Esta es una de las tormentas del siglo, y confiamos en que la comunidad internacional se movilizará para responder colectivamente”, concluyó.













