Un pueblo mal alimentado, con gente joven y mayor sin recursos, es la imagen de los milicianos del presidente de facto de Venezuela, Nicolás Maduro, que convoca a personas con hambre para sus fines de mantenerse en el poder, reclutando a carenciados que serán la carne de cañón del régimen, ante el susto que tiene el chavismo por los movimientos de naves y tropas de EEUU en el mar Caribe.
Una miserable caja denominada CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción), con escasos alimentos es el pago para ser la primera barrera de contención de un hipotético avance estadounidense.
En caso de una improbable invasión, las tropas entrenadas de Estados Unidos, no tendrán dificultades en lograr sus cometidos ante milicianos débiles, sin preparación y con armamento anticuado que les fue entregado.
La estrategia chavista es poner frente a la línea de fuego a esos milicianos sin preparación que luego serán utilizados publicitariamente como “víctimas” del imperio.
Enviarán al frente a personas sin preparación para el combate, en caso de algún tipo de confrontación, según analistas consultados.
Este lunes, Nicolás Maduro, exhortó a una preparación máxima para defender a la patria frente a la mayor presión del imperialismo, explicó
Lo anterior, tras declaraciones emitidas en una rueda de prensa con medios de comunicación nacionales e internacionales, mediante la cual alertó que el imperio estadounidense no ha podido y no podrá con la historia sagrada de Venezuela, a la par que agregó que esto no es negociable en términos políticos.
Bajo este contexto, expresó que “aquí en Venezuela no hay un magnate, sino un presidente obrero y combatiente, comprometido con defender al país hasta los tuétanos”.
Claro que él no es obrero ni combatiente, es un magnate enriquecido con los dineros del pueblo, explica un venezolano desde Caracas.