Días atrás, exponíamos al periodismo militante que en realidad distorsiona la verdad y es un agravio a la noble profesión y esto lo vimos en la 80ª Asamblea General de la ONU, que se desarrolla en Nueva York y donde supuestos profesionales de la prensa y algunos políticos compararon la cantidad de delegaciones de países que presenciaron los discursos del presidente de Brasil, Lula da Silva y del mandatario de Argentina, Javier Milei, pero sin explicar la realidad que habría demostrado los verdaderos hechos.
En un artículo que publicamos dejamos en evidencia la inexactitud de una información sesgada que no es parte del buen periodismo: Sobre los discursos de Lula y Milei en la Asamblea General de la ONU: la realidad tergiversada
Allí explicábamos las sencillas razones por las que Lula al inaugurar el debate y ser el primer presidente en dirigirse a la Asamblea General, contaba con la asistencia perfecta de los delegados de los demás países y no porque fuera él quien concitaba la atención de todos, porque luego se pudo apreciar que muchos presidentes de izquierdas hablaron frente a una sala casi vacía como lo demostramos en ese artículo con testimonios gráficos que lo avalaban.
Entonces la desinformación tendenciosa y nada profesional de algunos supuestos periodistas, aseguraban que cuando le tocó el turno al presidente argentino, Javier Milei, los delegados “huyeron del recinto para no escucharlo” y nada de eso es cierto. Luego de hablar Trump, los demás mandatarios dieron sus discursos a una sala sin público.

La verdad escondida



Y por si algo faltaba, en los días posteriores otros presidentes o cancilleres de la misma ideología, también tuvieron sus presentaciones con una casi nula asistencia, que estos periodistas no explicaron y guardaron sugestivo silencio.


¿Entonces, por qué deformar los hechos? Claramente, eso no es periodismo…