Por Paco Tilla.-
La condenada expresidenta parece no tener escrúpulos. Luego de corromper todo lo que se le puso por delante durante sus mandatos, tiene los increíbles beneficios de una prisión domiciliaria con enormes privilegios que terminan siendo una ofensa para los argentinos.
Un video subido este sábado por su hijo, Máximo Kirchner, muestra a la rea cocinando en su lujoso piso del barrio Constitución en Buenos Aires, mientras los millones de compatriotas que ella dejó sumidos en la pobreza, no llegan a fin de mes.
Un supuesta condena donde la presidiaria puede utilizar sin límites las redes sociales, alentar a sus seguidores – tan alterados como su jefa – a marchar y a molestar a los vecinos con sus desmanes frente al balcón donde CFK suele aparecer para victimizarse.
En el colmo de sus delirios la presa exige tener más beneficios, como visitas sin control, porque aduce que “necesita tener vida social”.
Todavía no entendió que es una presidiaria y que su encierro es parte de la condena.