Por Raúl Vallarino.-
Cristina Kirchner fue condenada a seis años de reclusión por la causa de corrupción Vialidad, pero por la edad de la septuagenaria se le otorgó el beneficio de la prisión domiciliaria en su lujoso piso de la zona de Constitución en Buenos Aires.
La surrealista Justicia argentina le permite insólitas ventajas que la rea aprovecha para victimizarse y que terminan beneficiando el juego de la corrupta.
Un edificio donde los otros moradores ven violentados sus derechos ante el constante acoso callejero de los agresivos acólitos de la supuesta reclusa, cuyos desmanes, provocaciones e insultos, junto al consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias, perjudican a todos los vecinos del barrio durante el día y la noche con el agravante del aumento de los robos en la zona. Así son los seguidores de la expresidenta.
Con la enorme cantidad de millonarios bienes y un total de 24 inmuebles en la provincia de Santa Cruz, entre ellos, la casa familiar de Río Gallegos, la lujosa mansión de la ex mandataria en El Calafate, y el fastuoso hotel Los Sauces, no se justifica que la presidiaria cumpla reclusión domiciliaria en un barrio donde condena a los vecinos a vivir en condiciones de zozobra por el accionar de los salvajes seguidores de la rea; la Justicia debe velar por el bienestar de todos y no de una sola persona.
Con privilegios que no tiene ningún preso
Desde su jaula dorada, la exmandataria envía audios con discursos atacando a funcionarios del gobierno, para que sus seguidores los escuchen en actos públicos. Utiliza sin restricciones las redes sociales, para incentivar la violencia y opinar sobre política. Exigió que una vez por semana la visiten una maquilladora y un peluquero y que le aumenten la velocidad de Internet, para poder estar comunicada con el mundo. ¿Qué delincuente condenado penalmente obtiene estos beneficios? La respuesta está a la vista.
Cual pájaro de un reloj cucú, la convicta sale cada media hora al balcón a saludar a sus acólitos que están en la calle, la mayoría de las veces provocando incidentes con los vecinos que de esta forma ven avasallados sus derechos.
El tribunal dejó bien claro en su sentencia que la exmandataria no puede generar situaciones que perjudiquen a otros; en este caso a las personas que viven en la zona, pero a ella nada le importa y busca la confrontación con los jueces.
Generar violencia y víctimas
Un reconocido analista político, consultado por este medio, no descarta que lo que busca Cristina Kirchner al no cumplir con lo ordenado por el tribunal, vayan a sacarla del edificio para ir a una cárcel o enviarla a otra de sus viviendas en el interior del país y por ello sus enfervorizados fieles provoquen violencia y todo termine con heridos o muertos, para lograr sus oscuros fines.
La presidiaria cree que tiene derechos por sobre cualquiera de los argentinos y señaló en redes sociales que “se exige una autorización previa del Tribunal para cualquier persona que desee visitarla y que no pertenezca a su círculo familiar, legal o médico.
“El resto de mis relaciones con el mundo exterior; amigos, amigas, compañeros, compañeras y otras personas que conozco y me vinculo por el solo hecho de ser una persona que tiene vida, cada vez que quieran visitarme deberán presentar una solicitud al Tribunal y luego esperar su autorización”, se quejó la ladrona pensando que vive en una fiesta continua. Con ese pensamiento todos los presos pedirían igual tratamiento.
La corrupta no está confinada en una celda de un presidio, como debería estarlo; vive con toda clase de lujos en un piso muy caro que con seguridad, el millonario desembolso para comprarlo, salió del bolsillo de todos los argentinos.