El mundo entero miró este sábado hacia Roma, donde decenas de líderes mundiales, entre presidentes, primeros ministros y monarcas, se reunieron para despedir a Francisco, en un funeral de Estado cargado de simbolismo y emoción.
Desde primera hora, las delegaciones oficiales comenzaron a llegar a la Plaza de San Pedro, desbordada por más de 200.000 personas que quisieron acompañar el último adiós al pontífice que cambió la historia de la Iglesia. La ceremonia fue testigo de la presencia de figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump, el presidente argentino Javier Milei, el rey Felipe VI de España, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, el ecuatoriano Daniel Noboa, la presidenta hondureña Xiomara Castro y el dominicano Luis Abinader, entre otros. Colombia estuvo representada por una delegación oficial encabezada por la primera dama Verónica Alcocer y la canciller Laura Sarabia.
También acudieron al funeral líderes europeos como la mandataria italiana Giorgia Meloni, el primer ministro británico Keir Starmer, el presidente francés Emmanuel Macron, y las autoridades comunitarias Ursula Von der Leyen y Antonio Costa.
La delegación española destacó por su magnitud, compuesta por los reyes Felipe y Letizia, las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro de Presidencia Félix Bolaños y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo.
El ambiente era solemne pero a la vez vibrante. Los mandatarios, ataviados de riguroso luto, atravesaron la explanada de San Pedro bajo un cielo despejado y se unieron a los fieles en un tributo silencioso cuando el féretro de Francisco fue colocado frente al altar. Sobre una alfombra sencilla, junto a un cirio encendido y un Evangelio abierto, los restos del papa descansaron mientras la plaza entera se sumía en un respetuoso silencio.
El funeral, presidido por el cardenal decano Giovanni Battista Re, reunió a 980 purpurados, obispos y sacerdotes en una liturgia que resaltó los valores que Francisco defendió durante sus 12 años de pontificado: la humildad, la paz y la opción preferencial por los pobres y migrantes.
En un gesto paralelo de diplomacia en medio de la solemnidad, Donald Trump y Volodímir Zelenski mantuvieron un breve encuentro de 15 minutos, dejando abierta la puerta a nuevas conversaciones a lo largo de la jornada en Roma.
El homenaje global a Francisco selló su legado como el primer Papa latinoamericano, el primer jesuita y el primer pontífice en elegir el nombre del santo de Asís, un símbolo de su deseo de construir una Iglesia más cercana, inclusiva y solidaria.