Amnistía Internacional denuncia brutal ofensiva de las pandillas contra menores en Haití: reclutamiento, ataques y violencia sexual

El informe documenta al menos 18 casos de niñas violadas por pandilleros muchas de ellas en grupo y en contextos de secuestro. Algunas menores quedaron embarazadas como resultado de estas violaciones

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La infancia en Haití está siendo atacada de forma sistemática y brutal por las pandillas armadas que operan en Puerto Príncipe y sus alrededores, según un nuevo informe de Amnistía Internacional, titulado “Soy sólo un niño, ¿por qué me pasó esto? Haití: La ofensiva de las pandillas contra la infancia”. El documento revela una serie de abusos atroces que incluyen reclutamiento forzoso, violencia sexual, secuestros, homicidios y el impacto devastador sobre niños con discapacidad.

Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, la violencia en Haití ha escalado dramáticamente. Solo en 2024, unas 5.600 personas fueron asesinadas, y actualmente, más de 5,5 millones de personas necesitan asistencia humanitaria urgente. En este escenario, los niños se han convertido en blanco directo del terror, con más de un millón de ellos viviendo en zonas controladas o influidas por pandillas.

“Las pandillas han causado un malestar generalizado en Haití. Amenazan, golpean, violan y matan a niños y niñas”, afirmó Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

Violencia sexual y embarazos forzados

El informe documenta al menos 18 casos de niñas violadas por pandilleros, muchas de ellas en grupo y en contextos de secuestro. Algunas menores quedaron embarazadas como resultado de estas violaciones y, en un país donde el aborto es ilegal, recurrieron a métodos inseguros para intentar interrumpir sus embarazos.

Una de las víctimas, adolescente, relató: “Me dijeron: ‘No hables de esto. Si lo haces, te mataremos’. Luego me enteré de que estaba embarazada. Me destrozó… No tengo a nadie que me ayude con el bebé”.

La violencia también ha empujado a algunas menores al comercio sexual como medio de supervivencia. La falta de acceso a servicios de salud adecuados agrava aún más las consecuencias físicas y psicológicas para estas jóvenes.

Niños reclutados, explotados y criminalizados

Amnistía documentó el reclutamiento de al menos 14 menores, forzados a trabajar para las pandillas como vigilantes, mensajeros, trabajadores domésticos o incluso portando armas. Muchos de estos niños dijeron haber aceptado por hambre o miedo.

Un niño de 12 años contó que fue obligado a espiar a la policía: “Si me hubiera negado a hacerlo, me habrían matado”. Algunos de estos menores están actualmente detenidos junto a adultos en condiciones deplorables, sin haber sido condenados, ya que el tribunal de menores no funciona desde 2019.

Niñez asesinada o herida en medio del fuego cruzado

La investigación también reveló que al menos 12 menores fueron heridos o asesinados durante redadas y tiroteos. En zonas controladas por pandillas, los niños sufren disparos indiscriminados y viven bajo un estrés constante.

“Tengo pesadillas, no puedo dormir. Vi cadáveres”, dijo una niña de 13 años cuya casa fue incendiada por pandilleros armados.

Niños con discapacidad, en doble riesgo

Los menores con discapacidades enfrentan obstáculos extremos para huir o acceder a refugios, los cuales no son accesibles. En algunos casos, incluso han sido blanco de ataques a instituciones que les brindaban atención especializada.

Amnistía Internacional hace un llamado urgente a las autoridades haitianas y a la comunidad internacional para que actúen con determinación y prioricen la protección de la infancia. La organización subraya que los niños reclutados por pandillas son, ante todo, víctimas, y exige programas de desmovilización, atención médica, apoyo psicosocial y justicia.

“Las expresiones vacías de preocupación no bastan. El cuerpo, la mente y el corazón de los niños sufren abusos a diario”, concluyó Callamard.

El informe insta también a frenar el flujo de armas hacia Haití y a poner fin a las deportaciones forzadas mientras persista esta crisis humanitaria y de derechos humanos.