Por Arle Acosta*.-
Hace unos pocos días celebramos el Dia Internacional del Tiramisú. Este postre, es mucho más que un postre italiano; es una obra maestra de la repostería que ha conquistado los paladares de todo el mundo. Su nombre, que en italiano significa “levántame” o “anímame”, ya nos da una pista de su carácter indulgente y revitalizante. Aunque muchas regiones de Italia se disputan la invención del tiramisú, la versión más aceptada sitúa su origen en la región del Véneto en los años 60. Sin embargo, algunos relatos sugieren que este postre ya existía en el siglo XVII y que incluso fue servido al Gran Duque de Toscana, Cosme III de Médici.
Otra historia más pintoresca señala que era ofrecido en burdeles de Treviso como un reconstituyente para los clientes. Una de las anécdotas más curiosas sobre el tiramisú cuenta que, en sus orígenes, las abuelas italianas lo preparaban a escondidas para dar un pequeño “empujón” de energía a sus nietos sin que sus padres lo supieran. “Nada como un poco de mascarpone y café para que los niños saquen buenas notas en la escuela”, solían decir con una sonrisa pícara.
El tiramisú, cuyo nombre proviene del dialecto veneciano “tiramesù”, ha sido italianizado a “tiramisù” y se traduce como “levántame” o “anímame”. Este postre, que combina capas de bizcochos de soletilla empapados en café, una crema de mascarpone y una generosa capa de cacao en polvo, es un verdadero deleite para los sentidos.
La historia del tiramisú está llena de leyendas y anécdotas fascinantes. Una de las más antiguas sugiere que el postre fue creado en el siglo XVII en Siena, cuando los pasteleros de la ciudad decidieron reflejar en un dulce las virtudes de la aristocracia. Utilizaron ingredientes como el café, símbolo de fuerza, el cacao, símbolo de virilidad, y el queso mascarpone, que representaba la humildad.
Otra versión popular sitúa el origen del tiramisú en una pastelería de Turín en el siglo XIX, donde se creó como un tributo al conde de Cavour, Camillo Paolo Filippo Giulio Benso, mientras trabajaba en la unificación de Italia. Sin embargo, la versión más aceptada es que el tiramisú moderno fue inventado en los años 60 en el restaurante Le Beccherie en Treviso.
Además, se dice que el tiramisú era conocido como un “afrodisíaco natural” y se servía en los burdeles de Treviso para revitalizar a los clientes antes de regresar a sus hogares. Esta historia añade un toque de picardía a la ya rica historia del postre.
La clave del éxito está en la calidad de los ingredientes y en la textura sedosa de la crema de mascarpone, que aporta el toque de untuosidad característico de este postre. Los ingredientes que no pueden faltar en una buena receta son: los bizcochos de soletilla o savoiardi, el café expreso, el queso mascarpone, los huevos frescos, el azúcar, el cacao en polvo, y opcionalmente licor Marsala, Amaretto o ron.
Si eres amante de los postres pero tienes poco tiempo, aquí tienes una versión rápida y deliciosa de tiramisú para preparar en casa. Estos son los ingredientes y cantidades que debes tener en cuenta, y que desde el mítico Restaurante español La Pizzeria Casera de Alcalá de Henares te mostramos cómo hacer:
• 250 g de queso mascarpone
• 200 ml de nata para montar
• 2 cucharadas de azúcar
• 1 taza de café expreso frío
• 10 bizcochos de soletilla
• Cacao en polvo para espolvorear
Y ahora te mostramos cómo llevar a cabo la receta:
1. En un bol, mezcla el queso mascarpone con el azúcar hasta obtener una crema homogénea.
2. Monta la nata y mézclala suavemente con la crema de mascarpone.
3. Sumerge rápidamente los bizcochos en el café y colócalos en la base de un recipiente o vasos individuales.
4. Cubre con una capa de la mezcla de mascarpone y repite el proceso hasta completar dos capas.
5. Espolvorea con cacao en polvo y refrigera al menos 1 hora antes de servir.
Este tiramisú exprés conserva todo el encanto del clásico italiano y es ideal para sorprender a tus invitados sin pasar horas en la cocina.
*Perfil profesional
Arle Acosta – Pasión por la Cocina Italiana
Arle Acosta ha forjado una carrera culinaria de excelencia, comenzando su formación con la reconocida Antonia Ricciardi, miembro de la Federazione Italiana Pizzaioli (FIP). Este primer paso fue fundamental para su federación y desarrollo profesional. Posteriormente, se formó en la prestigiosa Escuela Marquinetti bajo la guía de Jesús Marquina, campeón de España y del mundo en la elaboración de pizzas.
Su pasión por la pizza la llevó a Roma, donde continuó su formación en una escuela especializada en pizzaioli y masas. No satisfecha con esto, amplió sus conocimientos en Le Cordon Bleu, donde estudió cocina española. Además, en el Basque Culinary Center, realizó numerosos cursos que complementaron su formación en Le Cordon Bleu.
Arle también se especializó en cocina al vacío, obteniendo un máster privado impartido por el reconocido Tony Botella.
Desde la pizzería casera en Alcalá de Henares, la chef y pizzaioli Acosta nos recuerda que la cocina italiana es una combinación de tradición, pasión y productos de calidad. “El tiramisú es un postre que nunca falla, perfecto para cerrar una comida con un toque dulce y elegante”, comenta. Con su característico sentido del humor, Arle también añade: “Hacer un tiramisú es como enamorarse: hay que hacerlo con pasión, paciencia y un buen toque de dulzura. Y si te queda mal… ¡cúbrelo con más cacao y di que es arte!”.
Así que ya lo sabes, si quieres darte un capricho italiano en casa, sigue esta receta exprés y disfruta de un auténtico tiramisú sin complicaciones.
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