La exsenadora del Frente Amplio, Liliam Kechichian, no perdió oportunidad en el último día en ese cargo legislativo, de hacer una declaración para la tribuna y sin mucha información derrapó, al señalar hechos que parece desconocer.
Tal vez sean cosas de la edad avanzada de la exlegisladora (2 de marzo de 1952) y hay que comprenderlo porque se metió en un tema que refiere a la democracia, una palabra que entendemos debe conocer por su extenso trabajo en política. Fue ministra de Turismo entre mayo de 2012 y enero de 2020, y previamente subsecretaria de la misma cartera entre 2006 y 2012.
La ahora expolítica no quiso marcharse al retiro -porque no logró renovar su banca – sin dar la última nota del concierto y arremetió en contra de la decisión soberana del actual presidente, Luis Lacalle Pou, de vetar la presencia de los dictadores de Cuba, Nicaragua y Venezuela en el cambio de mando presidencial del próximo 1º de marzo.
Kechichian escribió un post en la red X: “Es sorprendente el hecho del veto del Pte Lacalle al criterio de invitación a los mandatarios para la asunción del 1o de marzo. No demostró “sensibilidad” democrática cuando a su asunción hace 5 años invitó a Jeanine Añez dictadora Boliviana, hoy presa en su País por golpista”.
Lo que no recuerda la exsenadora es que el golpe de Estado en Bolivia lo dio el compañero Evo Morales que ignoró el plebiscito de febrero de 2016 donde el pueblo le dijo no a la iniciativa para cambiar la Carta Magna y permitir la repostulación del expresidente indígena.
Morales, fraguó con cómplices del tribunal constitucional un fraude para desoir la voz de las urnas y volvió a presentarse en forma ilegal.
Eso desató la indignación de los bolivianos y con justa razón lo hicieron apartarse del poder que obtuvo en forma fraudulenta y lo que debe recordar Kechichian es que el actual presidente Luis Arce, reconoció como legítimo el gobierno de Jeanine Añez, aunque luego, para ser candidato, cambió el discurso y dio una impresentable explicación que lo dejó como un pusilánime que no entiende nada e hizo el ridículo: “Yo no soy abogado, yo no soy constitucionalista; soy economista. A mí, como a muchos, nos han hecho creer que ése era un gobierno constitucional, pero cuando uno tiene más prolijidad… evalúa aspectos que no había tomado en consideración”, declaró Luis Arce en una conferencia de prensa después de su visita a su homólogo y amigo mexicano Andrés Manuel Lopez Obrador.
Si le hicieron creer eso a Luis Arce, es que no está capacitado para presidir un país.
Es lógico que a Arce lo obligaron a “cambiar de opinión” y que dio una pobre imagen de gobernante cuando agregó: “Hay que reconocer que uno no es perito en todo. Yo no soy todólogo, puedo cometer errores”, agregó en forma lastimosa.
El gobierno de Añez fue de transición y todos estuvieron de acuerdo, aunque luego, para sacar réditos políticos, lo desconocieron. Añez se hizo cargo de la presidencia de acuerdo al mandato parlamentario y llamó a elecciones. El golpista fue Evo Morales.
Y no hablemos de la Justicia en Bolivia a la que nadie respeta y que condenó arbitrariamente a Añez y la prueba hoy está a la vista porque un tribunal ordenó la detención inmediata de Evo Morales por los delitos de trata de personas y por la violación de una menor de edad con la que tuvo un hijo y las autoridades al mando de Arce, no se atreven a capturar.
El ansia desmedida de hacerse notar en la despedida provoca situaciones como esta y debemos comprenderlo y saludamos a la señora Kechichian con todo nuestro respeto, porque se ha ganado el derecho a una merecida jubilación.