Sin el gran reconocimiento internacional que el tirano pretendía y violando la Carta Magna de Venezuela, Maduro ha dado un golpe de Estado y asume ilegalmente la presidencia del país y no gobernará como mandatario elegido por el pueblo sino que lo hará a la fuerza en calidad de dictador.
Amparado por una cúpula militar considerada como corrupta encabezada por el general Vladimir Padrino López y otros jefes militares cuya obsecuencia se entiende porque Maduro les ha entregado la dirección de negocios internacionales como una parte de la comercialización del petróleo, entre otros beneficios económicos.
Nicolás Maduro juró la mañana de este viernes como gobernante de Venezuela para un nuevo período de seis años, en un acto protocolar en la Asamblea Nacional, en Caracas., pero carente de toda legitimidad institucional y es ya un gobierno de facto.
“Ante la Constitución, haré cumplir todos sus mandatos, todas las obligaciones de la Constitución y las leyes de la República y que este nuevo período presidencial será el de la paz, la igualdad y la nueva democracia, lo juro por la historia y por mi vida”, afirmó a las 10:45 de la mañana del viernes, hora local, en el Salón Elíptico del palacio legislativo.
“Queda usted investido en el cargo de presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela”, le contestó el tenebroso Jorge (La babosa) Rodríguez, líder del parlamento y uno de sus colaboradores más serviles.
En el acto estuvo presente la vicepresidenta ejecutiva, Delcy (Feto de mono) Rodríguez, entre otros sirvientes del régimen.
El dictador entre dictadores
El tirano Nicolás Maduro estuvo arropado por dos de los dictadores más feroces de América Latina; Miguel Díaz-Canel de Cuba y Daniel Ortega de Nicaragua.
Las presidentes ultraizquierdistas de México y Colombia, Claudia Sheinbaum y Gustavo Petro, afines a la dictadura chavista, enviaron sus representantes al acto antidemicrático.
El ladrón que habla de los votos que el pueblo no le dio
Perpetrado el golpe de Estado, el dictador Maduro dijo que su poder no se lo había otorgado “un presidente extranjero, ni un gobierno gringo”. “A mí, no me ha colocado como presidente el gobierno de Estados Unidos, ni los gobiernos proimperialistas (…) vengo del pueblo, mi poder le pertenece al pueblo y al pueblo me debo”, añadió.
Acusó al gobierno saliente de Estados Unidos y de sus “esclavos del mundo” de fraguar una presunta “conspiración pública” contra la elección presidencial del 28 de julio. “Convirtieron la elección de Venezuela en una elección mundial y se la ganamos”, dijo el tirano, sin aclarar que “ganó”, pero robando el voto del pueblo que lo desprecia.