Mientras que la ONU ha iniciado una investigación contra el régimen de Nicolás Maduro por el fraude electoral del #28Jul y la Corte Penal Internacional (CPI), ha intimado a Venezuela a liberar a los menores detenidos ilegalmente a los que ha torturado y exige poner en libertad a todas las personas que participaron de protestas pacíficas, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, vuelve contentar a Maduro designando un nuevo embajador en Caracas.
Álvaro Albacete fue designado este martes en el Consejo de Ministros como nuevo embajador de España en Venezuela, en medio de la tensión que existe en el país caribeño por la falta de libertades y el acoso constante a la población civil.
Sánchez, que todavía sigue en una posición de ambigüedad sin reconocer a González Urrutia como presidente electo, tiene ahora una nueva cortesía con Maduro por insistencia de Rodríguez Zapatero, aliado del régimen y nombra un nuevo embajador, sin esperar al 10 de enero de 2025 y defender al pueblo venezolano de las imposiciones chavistas.
Analistas señalan que Sánchez no debió dar un reconocimiento al gobierno de Maduro, por la situación en Venezuela donde la democracia no existe.
Embajador de Rodríguez Zapatero en Venezuela condenado por estafa
Pero justamente, este martes, la Audiencia Nacional de España condenó por hechos de corrupción al ex embajador español en Caracas, Raúl Morodo, que fuera designado como diplomático de confianza por José Luis Rodríguez Zapatero durante su mandato. Morodo ha sido condenado a 10 meses de cárcel por cobrar por trabajos ficticios hasta cuatro y medio millones de euros de la petrolera venezolana PDVSA, tras un juicio en que el acusado se declaró culpable.
Según informó OKDIARIO, la sentencia confirma el fraude fiscal que implica a Raúl Morodo Leoncio y su hijo Alejo Morodo Cañeque, condenándolos por delitos contra la Hacienda Pública. Los hechos se centran en la evasión fiscal realizada a través de sociedades interpuestas que facturaban servicios jurídicos y de consultoría internacional, principalmente a Petróleos de Venezuela (PDVESA), que no eran reales.