Mientras Nicolás Maduro, enojado porque varios países de la región se negaron a avalar el fraude electoral del pasado 28 de julio, expulsó a los embajadores y a todo el personal diplomático de Argentina, Chile, Perú y Uruguay, no recordó que el banco estatal Bandes de Venezuela, opera en el sistema financiero uruguayo sin restricciones y desde allí se mueven importantes remesas de dinero del chavismo.
A pesar de haber sido sancionado en 2019 por EEUU, por acoso a opositores por parte del régimen, el Bandes hoy sigue en Uruguay.
Los problemas de 2022
En julio de 2022, el diario El País informaba que “Una denuncia penal presentada por la asociación de jubilados y pensionados venezolanos residentes en Uruguay -a los que Caracas no les paga sus haberes desde diciembre de 2015-, puso en conocimiento del fiscal de Corte que el Banco Bandes Uruguay mantenía depósitos en cuatro bancos internacionales, y que esta operación -autorizada por el Banco Central del Uruguay (BCU)- pudo haber permitido que el dinero llegara luego a Venezuela”.
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Hoy Maduro, tras haber echado de Caracas a los diplomáticos de Uruguay, se niega a dar datos del ciudadano uruguayo, Fabián Buglione, secuestrado por el régimen en octubre pasado y su canciller, Yván Gil, no responde a los pedidos oficiales de la cancillería uruguaya para saber el paradero del detenido.
Según analistas, es momento de revisar la autorización para operar en Uruguay del estatal Banco Bandes de Venezuela y actuar en reciprocidad ante la falta de respuesta del régimen de Maduro que rompió todos los lazos con el Estado uruguayo.