La Conmebol, el ente rector del fútbol sudamericano, parece ir a contramano de la realidad al otorgarle la organización del Sudamericano Sub 20 se iba a realizar en Perú, pero se cambió de sede a último momento por la detención del presidente de esa Federación, Agustín Lozano.
Pero en lugar de enmendar el problema, la Conmebol lo agrava al entregarle a Venezuela la concreción del torneo en momentos de alta convulsión política generada por el régimen de Nicolás Maduro, que ha expulsado a los representantes diplomáticos y ha cerrado las embajadas de varios países sudamericanos por no aceptar el fraude de los comicios del pasado 28 de julio.
Los aficionados que viajen estarán expuestos a las órdenes de la dictadura chavista y no tendrán embajada que los proteja
Conminados a abandonar Venezuela todos los diplomáticos de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, Dominicana y Uruguay, dejando indefensos a los ciudadanos de estos países, ante cualquier necesidad de asistencia consular.
Incluso Uruguay reclama por la desaparición en Venezuela de un connacional, Fabián Buglione, del cual el régimen se niega a informar, tras los reiterados pedidos de la cancillería. Esta situación llevó a que el gobierno uruguayo recomiende a sus compatriotas no viajar al país caribeño.
La embajada argentina en Caracas, que tras la expulsión de sus diplomáticos está bajo protección de Brasil se encuentra al día de hoy rodeada por policías de Maduro y les han cortado el agua y la electricidad. Dentro hay seis opositores venezolanos asilados.
¿Qué garantías de seguridad tendrán los aficionados de Argentina, Chile, Perú y Uruguay que quieran ir a ver los partidos? Ninguna, porque el dictador ordena detener a extranjeros y luego los hace encarcelar sin motivos y no hay representación diplomática que los proteja.
Los gobiernos de estos países deben dirigirse a la Conmebol para evitar estos hechos de extrema gravedad, porque este torneo no puede realizarse en territorio venezolano ya que no existen garantías y la palabra de Maduro no vale nada.
