Mujica y el agravio a la prensa: Según él, un joven no puede ser buen periodista

La prepotencia e intolerancia de un hombre que no reniega de su pasado violento

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José Mujica - Foto ICN Diario

EDITORIAL.-

La vejez no hace que una persona sea más sapiente y el “Pepe” Mujica ha vuelto a dar cátedra de intolerancia, esa que él maneja tan bien cuando no le gustan las preguntas de algún periodista.

El anciano dice estar cerca del “cementerio” y que le preocupa el futuro de los jóvenes, pero si un joven notero le hace una pregunta que no le gusta, apela al agravio y lo acusa de ser joven y de que no saber de lo que habla.

Un periodista de El Dato Internacional le dijo a Mujica al salir de votar: “Con respecto a lo de Milei, usted la última vez que votó dijo que subía la pobreza con el gobierno de Milei, sin embargo en el último trimestre en Argentina bajó del 56 al 49%”, a lo que Mujica le preguntó: “Sí, ¿pero cuánto había aumentado?”.

El enviado del medio argentino le respondió, “Bueno, eso por la gestión de (Sergio) Massa, del kirchnerismo que usted apoyó” y al exguerrillero le volvió a saltar la térmica y quiso dar lecciones de como hacer periodismo, “No querido, no entreveres los tantos. Haga periodismo serio. Me parece que se equivoca m’ijo, es muy joven”, con ofuscación contenida, como si un anciano tuviera el don de sabiduría, algo que justamente Mujica nunca tuvo.

Ya más calmo, el extupamaro recibió la consulta de que si  Yamandú Orsi, tendrá una buena relación con Nicolás Maduro ya que “no se mostró condenando la dictadura de Maduro”. Ante esto, Mujica explicó que a él no le gusta “el totalitarismo”. “Si estás con la democracia estás con la democracia, no podés estar un poquito y un poquito no”, señaló.

Mujica maltrató a otro joven periodista, porque esa es su forma de ser

Años atrás, Mujica dio rienda suelta a su intolerancia con un joven periodista de canal 10 maltratándolo con agresividad y luego el conductor del programa “En la mira” de VTV, Gabriel Pereyra, le recriminó su actitud.

Habla de los jóvenes, pero los maltrata. El longevo personaje cree -en forma miserable- que no pueden hacer buen periodismo.

Prepotente y desubicado hasta el final y con el aditivo de que las mujeres son un “repuesto” en la vida política, demostrando que también es misógino.

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