Este martes, 5 de noviembre, millones de estadounidenses acudirán a las urnas para elegir al próximo presidente, en una contienda marcada por la intensidad y la polarización política. Donald Trump y Kamala Harris encabezan la carrera, con las encuestas indicando un resultado sumamente ajustado entre republicanos y demócratas.
La elección presidencial se celebra cada cuatro años el martes siguiente al primer lunes de noviembre, una tradición que este año sitúa la fecha clave en el 5 de noviembre de 2024. Sin embargo, muchos votantes ya han emitido su voto de manera anticipada, ya sea en persona o por correo, participando en un proceso electoral que ha registrado un aumento récord en la participación temprana.
Con un país dividido y el futuro político en juego, el resultado de los comicios podría no definirse de inmediato. Si las diferencias de votos son mínimas, el proceso de conteo puede prolongarse durante varios días, manteniendo en vilo a una ciudadanía que observa de cerca el desenlace de una de las campañas más reñidas de la historia reciente.
La importancia de estos comicios no puede subestimarse: el Congreso de Estados Unidos certificará oficialmente el resultado el 6 de enero de 2025, y el presidente electo tomará posesión de su cargo el 20 de enero de 2025. Durante las próximas semanas, los ojos del mundo estarán puestos en Estados Unidos, a la espera de saber si será Donald Trump o Kamala Harris quien guíe al país en los próximos cuatro años.
