Uruguay: La hora de los “cabezas de termo”

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Imagen: Pixabay

Por Paco Tilla.- (Humorista en sus ratos de ocio, en realidad las 24 horas).-

Pa’ entender la mentalidad de algunos votantes uruguayos, no te recomiendo leer este artículo porque ni yo los comprendo y lo digo en serio fuera de toda broma.

Los “cabezas de termo”, son esos que depositan el sufragio en la urna sin poner el cerebro en movimiento, que les venden cualquier cosa; una “heladera” por ejemplo y ellos van y la votan.

No tienen memoria, no recuerdan que cuando llegó la pandemia, sus amos exigían el encierro total de la población en sus casas, algo nefasto y que de haber sido gobierno lo habrían aplicado; pero Lacalle Pou apeló a la “libertad responsable” de los ciudadanos y esa decisión fue uno de los grandes logros de su gestión.

Los “cabezas de termo” lloran miseria, pero no les importa que les metan la mano en el bolsillo y que el Antel Arena costara 118 millones de la moneda gringa, cuando debió valer 40 millones de USA.

No le mueve saber por qué hubo que recapitalizar Ancap en 900 millones de dólares para salvarla del déficit que dejaron las administraciones de Sendic y Martínez.

No les interesa saber por qué el FA – con guita de todos los uruguayos – pagó 300 millones norteamericanos para la inútil regasificadora. Los “cabezas de termo” aplauden en su inconsciencia.

No les mueve un pelo que la IMM contratara para un show, con el dinero de los impuestos de los ciudadanos, a la argenta Lali Espósito por U$S 256.000. En el evento también participó la artista brasileña Daniela Mercury, a la que se le pagaron US$ 62.387.

Ni se cuestionan que por primera vez en la historia del país, un vicepresidente de la República en el cargo, tuvo que renunciar por sus actos ilícitos.

No recuerdan el aval trucho de Pluna, que terminó con dos compas procesados; la utilización indebida del hospital Policial que nos costó a los contribuyentes más de U$A 260.000 y le costó el cargo a un senador del MPP.

Hay más ejemplos, pero el eslogan de campaña: “Que gobierne la honestidad”, se lo creyeron los “cabezas de termo”.