La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que siempre tiene una doble vara para medir intenciones y que generalmente mira para otro lado si el infractor pertenece a un equipo o selecciónado de los “acomodados”, debería actuar de oficio y tomar en cuenta el gesto racista del jugador Deyverson del Atlético Mineiro, que al ser sustituido en el partido por la semifinal de la Copa Libertadores contra River Plate de Argentina, provocó a la hinchada rival imitando a un simio.
El portal brasileño LIBERTA DEPRE, incluso posteó en la red X: “Deyverson podría ser sancionado y perderse la final de la Copa Libertadores. Si la Conmebol entiende que el gesto, imitando a “mono”, del atacante del Galo es un acto racista, el jugador podría incluso ser suspendido por 4 meses. En 2023, el mediocampista ofensivo Bruno Tabata, entonces jugador del Palmeiras, fue sancionado por el Tribunal Disciplinario de la Conmebol y suspendido por cuatro meses por presuntos actos racistas cometidos en el partido contra Cerro Porteño, de Paraguay, en la Libertadores”.
Y recordemos que tampoco hubo sanción para el brasileño Endrick, (hoy en el Real Madrid) por sus gestos simiescos de provocación a los jugadores de Liverpool de Montevideo, en uno de sus últimos partidos en 2024 con Palmeiras de Brasil
